Yolanda Guzik

Las profecías mesiánicas nos indican con claridad cómo vendría el Mesías, dónde nacería, bajo qué circunstancias, lo que haría, cómo reaccionaría la gente en cuanto a él, de qué manera moriría, cuándo sucedería esto, que pasaría después de su muerte, etcétera.

Esta profecía del Tanaj dice así: "Por tanto el Señor mismo os dará señal: he aquí que una doncella concebirá y dará a luz un hijo al que llamará Immanuel (Dios es con nosotros)" (Isaías•Yeshaya 7:14)

En el Tanaj hebreo está escrita la palabra almaná, la cual significa virgen y no sólo doncella o joven. Está palabra nunca se utiliza para referirse a una joven casada.

Cuando se lee esta profecía, es muy común la reacción de incredulidad, de quererle imponer a D-os lo que él puede y no puede hacer. ¿Hay acaso algo que el Eterno, El Todopoderoso no pueda hacer?, ¿Vamos nosotros los seres humanos débiles y limitados a limitar a D-os mismo?

Otra cosa interesante que nos dice el mismo versículo es que el nombre con que se le llamaría a este niño es Immanuel, que significa «Dios con nosotros». Esto concuerda perfectamente con los títulos que se le dan al Mesías en el Tanaj: "Por cuanto un niño nos ha nacido. Se nos ha dado un hijo, sobre cuyo hombro estará el mando. Se llamará su nombre Pele Yoetz, El Guibor,Avi Ad, Sar Shalom (Maravilloso Consejero, es Dios Todopoderoso, Padre Eterno, Príncipe de la Paz)" (Yeshaya 9:6).

El Mesías tenía que nacer de una virgen de Israel y mediante la intervención sobrenatural del Espíritu de D-os. Si fuera de otro modo ¿Cómo podría ser llamado Immanuel, cómo podría ostentar títulos tan maravillosos, cómo podría tener sus orígenes desde la eternidad como se menciona en Miqueas 7:14?

Era necesario que el Mesías naciera fuera de la genealogía humana pecadora que tuvo su comienzo con Adán, él tenía que venir a este mundo, limpio de pecado y trasgresión para que pudiera ser "el cordero de D-os que quita el pecado del mundo".Sólo siendo alguien así podría morir por sus semejantes y salvar a los pecadores.

Por otro lado todos sabemos que el Mesías tenía que ser de la tribu de Judá y descendiente directo del Rey David, así lo dicen las Escrituras: "He aquí que vienen días dice el Eterno, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra" ( Yirmeyahu-Jeremías 23:5)

El Mesías tenía que demostrar ser descendiente directo de David para que se le reconociera como tal, y si el Templo donde se conservaban todas las genealogías fue destruido en el año 70 d.C., ¿Cómo sería posible que hoy en día un hombre pruebe ser descendiente directo del Rey David y por tanto el Mesías? ¿No será más bien que el Mesías vino antes de que el templo fuese destruido?

Si te interesa conocer la genealogía de Yeshua te invito a leerla en el Brit Hadashá, en el primer capítulo de Mateo y en el tercero de Lucas.

Estudiar las profecías mesiánicas es algo fascinante pero no es cualquier cosa, definitivamente es algo para lo que se requiere tener la mente abierta y libre de prejuicios, además de un corazón sincero y humilde delante de D-os. Por eso, en caso de que todavía no creas que Yeshua es el Mesías, permíteme darte un consejo respetuoso y fraternal: Antes que nada pídele al Eterno, al D-os de Abraham, Isaac y Jacob que te muestre la verdad y en segundo lugar, tú mismo busca las citas del Tanaj a las que hacemos referencia, lo cual te permitirá conocer al Mesías que tanto has esperado y en el que nuestro pueblo esperó y ha confiado por miles de años, pues lo cierto es que ya vino y un día no muy lejano, retornará con poder y gloria para ejercer su derecho al trono de David en Jerusalén.

Nota: si nos has leído la parte I y II lo puedes hacer en nuestra página en la red www.ajmm.org.mx oprime el botón Chalutzim, donde encontrarás nuestra hemeroteca.

Yolanda Guzik es Secretaria Ejecutiva de la AJMM

Email: yolandaguzik@hotmail.com