Daniel Guzik
Parece que Israel sin querer ha hecho enojar al mundo otra vez. Actualmente las naciones se muestran indignadas de que Israel construya asentamientos judíos en Judea y Samaria (Cisjordania), pero antes les molestó el hecho de que Israel anexara los territorios de 1967 que conquistó en una guerra de defensa propia, después de que las naciones árabes fallaran en destruir el Estado Judío.
Incluso antes de que los judíos formaran una nación, al mundo le fastidiaba su existencia. Si nos remontamos a mediados del siglo XIX y principios del siglo pasado, cuando surgieron las primeras olas de inmigrantes judíos aEretzIsrael, era el Imperio otomano el que controlaba la tierra. La mayoría de los judíos que llevaban generaciones establecidos en Israel eran ortodoxos que no tenían intención alguna de restablecer la patria judía, ya que tenían la creencia de que la nación renacería hasta que el Mesías viniera a reinar en ella.
En el caso de los nuevos inmigrantes originarios de Rumania, la Unión Soviética, Polonia etc., venían de ser perseguidos, de padecer incontables pogromos y sufrir hostilidades. Estos sionistas recién llegados, eran testigos de que el pueblo judío necesitaba establecer una nación si quería seguir existiendo y estaban dispuestos a dedicar su vida a redimir la tierra de Israel. Compraron tierras pantanosas a los árabes a precios muy altos, convirtiendo esos pantanos en kibutzim y moshavot; con un enorme esfuerzo levantaron villas, ciudades y entregaron su vida para recuperar la tierra que D-os les había dado.
Son muchas las opiniones de la prensa, políticos y escritores acerca de Israel y su legitimidad como Estado. Tal parece que las naciones casi disfrutan condenar continuamente las acciones de Israel, mientras demandan que se les permita a los palestinos crear un estado independiente con territorios que jamás han pertenecido a ellos Quién cede su casa para que el vecino construya la suya?.
Sir Arthur Balfour
Al terminar la Primera Guerra Mundial, los Aliados vencen a las Potencias Centrales. Resultado de negociaciones anteriores, Gran Bretaña y Francia se dividen lo que solía formar parte del Imperio Otomano en Medio Oriente. Inglaterra toma el control del territorio de Palestina y Francia de Siria. Entonces Palestina queda con el status de territorio bajo mandato. En 1917 se redacta la “Declaración Balfour”, en la que Gran Bretaña se declara a favor del establecimiento de un hogar nacional Judío en el territorio de Palestina, afirmando que hará uso de todos sus esfuerzos para lograr la realización de este propósito. Esta declaración fue firmada por el secretario de relaciones exteriores británico, Arthur James Balfour y se tomó en cuenta para el Mandato Británico.
Declaración “Balfour” dirigida a Lord L.W. Rothschild
En el artículo 2 del Mandato Británico de Palestina se declaró que El Mandatario era responsable de que Palestina quedará bajo circunstancias políticas, económicas y administrativas que aseguraran el establecimiento del hogar nacional Judío. En el artículo 6 se declaró que la administración de Palestina facilitaría la inmigración judía y trabajaría en cooperación con la Agencia Judía. No obstante, Gran Bretaña incumplió las promesas hechas al pueblo judío durante todo el mandato, cediendo a las amenazas de los árabes y cerrando el paso a la inmigración judía tan desesperada y necesitada durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante el mandato inglés, los líderes árabes se veían atemorizados del progreso de los judíos, ya que el resto de la población árabe se veía beneficiada por el logro de estos y temían perder el poder. Después de que los líderes árabes, entre ellos el mufti de Jerusalén Amin al-Husayni, incitaran a la población árabe a exterminar la población sionista y así evitar el resurgimiento de Israel, también llamaron al resto de las naciones árabes a levantarse contra el pueblo hebreo. Gran Bretaña por su parte decidió dividir el Mandato, entregando 24 por ciento del territorio a los judíos y el resto del 76 por ciento se lo designó a los árabes.
Las Naciones Unidas se reunieron en 1947 para dar lugar a la Resolución 181 de la Asamblea General, donde se declaraba que dos meses después de la evacuación de las fuerzas armadas británicas, se deberían de crear dos Estados independientes, uno judío y otro árabe. Durante la votación para la partición del territorio, los judíos estuvieron de acuerdo en aceptar aquel pequeño territorio para establecer su Estado, mientras que todos los países árabes se mostraron en contra. La mayoría de las naciones europeas votaron a favor de la partición, mientras que los árabes rechazaron cualquier negociación, y fue así cómo Israel firmó su independencia el 14 de Mayo de 1948.
Al día siguiente de que Israel hubiera proclamado su Independencia, las naciones árabes vecinas se levantaron en guerra contra Israel con el fin de destruir el Estado recién creado. Egipto se adueño de Gaza y los Jordanos de Judea y Samaria. Las naciones árabes lograron apropiarse de estos territorios en razón de que no estaban bajo la soberanía de ningún otro país que se los impidiera, ya que los árabes dentro del mandato habían rechazado el plan de partición que Gran Bretaña les había ofrecido. Hubo muchas bajas de parte de Israel, pero también recuperaron un 60 por ciento del territorio que se les había asignado a los árabes en un principio.
Después, en 1967, las naciones árabes intentaron borrar el Estado Judío del mapa de nuevo. Israel se defendió, y respondió recuperando Gaza de los egipcios y Judea y Samaria de los jordanos, recuperando también la ciudad eterna de Jerusalem. También capturaron las Alturas del Golan que Siria poseía, desde donde lanzaban continuos ataques terroristas a civiles israelíes. Esto ocurrió tan sólo en seis días, hasta que las naciones árabes acordaron firmar un cese al fuego, aunque no reconocieron ninguna de las fronteras de Israel.
En 1973, de nuevo Israel es atacado por las naciones árabes, esta vez durante el Yom Kippur, el día más sagrado para el judaísmo. Otra vez Israel logra defenderse milagrosamente y puede avanzar más allá de su territorio, pero la ONU intercede para una negociación de cese al fuego. Aún así las fronteras de Israel seguían sin ser reconocidas. Las victorias obtenidas por los israelíes es algo que muchos expertos describen como algo imposible, teniendo en cuenta la desventaja en cuanto a número de soldados, además de la artillería y tecnología con que los Estados árabes contaban. Esto sólo se puede atribuir a un milagro, ya que de acuerdo a sus recursos y circunstancias era más que imposible que Israel obtuviera la victoria sobre sus enemigos.
Los territorios que Israel ha anexado y aquellos donde construye y controla, han venido a formar parte del Estado Judío a causa de que no habiendo ninguna soberanía posterior al Mandato Británico, Israel en diversas guerras de defensa propia ha tomado posesión de lo que en 1917 le fue prometido por primera vez. Las oportunidades para los palestinos de crear un Estado han sido muchas y todas rechazadas por sus líderes.
El verdadero problema no son los asentamientos, ni tampoco el hecho de que los palestinos no tengan un Estado. El problema para los que odian es la existencia de Israel, así que los palestinos solo son una carta más del mundo musulmán para borrar al Estado Judío del mapa. Toda la propaganda anti-israelí y la distorsión de los hechos en los medios de comunicación, pretenden crear un clima generalizado de antisemitismo, que como ya se dijo no son los territorios el verdadero problema. Es la existencia del pueblo judío la que no deja dormir tranquilo al mundo de los intolerantes, a los que ni conocen a D-os y su Palabra les resulta extraña, de lo contrario la profecía ya les hubiera advertido de su actitud de odio.
Por todo esto es que el pueblo judío no debe disculparse jamás por su existencia, ni justificar su derecho a vivir en la tierra que D-os nos ha dado. En la Biblia está escrito y así será. El derecho divino y humano nos sustentan. Tal parece que estamos o hemos llagado a la advertencia del profeta Zacarías: “En aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella” (Zac 12:3).
____________________
Daniel Guzik, es estudiante de Preparatoria.
La revista CHALUTZIM es el órgano informativo de la «Alianza de Judíos Mesiánicos de México». Se publica trimestralmente desde el año 1992 y se envía de manera gratuita.
Director: Mtro. Manuel Hernández Gómez
Sub-directora: Myriam Levy-Chernoff