M.T. Rabino Manuel Hernández G.
El desconocimiento histórico y teológico generalizado que hay acerca del judaísmo mesiánico es terrible, patético. Sobre todo si se considera la posición jactanciosa de la sociedad posmodernista que asegura ser la mejor informada de todos los tiempos. Verdad a medias pues como afirma Umberto Eco, no sabe qué hacer con toda esa información, ni cómo decodificarla.
      Así que no pocos judíos de otras corrientes, alérgicos al análisis y carentes de paciencia y tolerancia, se airarían de inmediato al escuchar que la corriente más antigua del judaísmo es precisamente la integrada por los seguidores del Mesías Yeshua. Y no me refiero a la cristiandad. Me refiero concretamente a los judíos mesiánicos a los que en el siglo primero se les conocía en Israel como «Ha Derej» (El Camino): un grupo más dentro del judaísmo unidos por sangre, cultura y raíces, aunque con la creencia que en Yeshua se cumplían las promesas mesiánicas anunciadas por los profetas en el Tanaj.
      No serían pocos aquellos que además de rechazar de inmediato mi afirmación dirían que es falso. Sin embargo la historia así lo enseña y contra los hechos los argumentos viscerales aportados por la tradición para fanatizar o condicionar al creyente carecen de valor. Ese precisamente ha sido el mismo error de la cristiandad (al afirmar que Jesús vino a formar una nueva religión y abandonar al pueblo judío).
     Antes de la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 d.C., fariseos, saduceos, zelotas, esenios y mesiánicos ?entiéndase los integrantes de Ha Derej? convivían todos en el templo, conformando ese mosaico religioso llamado judaísmo. El pórtico de Salomón era su lugar favorito de reunión (Hechos 3:11 y 5:12)
      Sin embargo una vez que el templo es destruido, el judaísmo sufre una modificación radical que se mantiene hasta nuestros días. El judaísmo sacerdotal que desde la época de Moisés había dado curso y formas a la fe desaparece, tomándose un nuevo rumbo y formas de expresión dando paso así al llamado judaísmo rabínico. A partir de entonces la tribu de Leví deja de tener el control de la fe y enseñanzas. En lo sucesivo cualquiera podía aspirar al rabinato.
        ¿Eso enseña la Biblia, cualquiera puede aspirar a conducir al rebaño de D-os estando de por medio la eternidad de las almas? Por supuesto que no, siempre, en todos los tiempos, el llamado divino es y ha sido requisito indispensable. La Biblia nos ofrece una larga lista de individuos que tuvieron el atrevimiento de levantarse a sí mismos como sacerdotes o supuestos profetas (con terribles resultados para el pueblo): “Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos¦ Del pecado de mi pueblo comen, y en su maldad levantan su alma. Y será el pueblo como el sacerdote; le castigaré por su conducta, y le pagaré conforme a sus obras” (Oshea-Oseas 4:6,8).¡Yeshua les nombraría tiempo después “ciegos guías de ciegos”!.
     Al dejar a un lado el conocimiento bíblico de los soferim (escribas) y permitir que las yeshivot talmúdicas aportaran parte del nuevo liderazgo religioso, incluso que falsos mesías como Bar Kojbá tomaran control del pueblo: fariseos, saduceos y demás corrientes judaicas de la época desaparecen.
     Muchos siglos después aparecerían nuevas corrientes, como el Jasidismo, originado por el rabí Baal Shem Tov (Israel Ben Eliezer) en Ucrania en el siglo XVIII, ya que al sentirse marginados por el judaísmo conservador a causa de su ignorancia de las Escrituras, crean su propia doctrina y reglas. Un judaísmo que analizado a la luz del Tanaj (no se requiere siquiera de utilizar el Nuevo Pacto o Testamento) queda de inmediato reprobado a causa de una larga lista de enseñanzas erróneas o francamente heréticas. Para no desviarnos de nuestro tema central estamos hablando de una corriente con menos de tres siglos de existencia.
     Otra corriente joven en el judaísmo es la llamada Reformada, creada a partir del Iluminismo en el siglo XVIII, pero sobre todo en Alemania a principios del XIX. Su cosmovisión religiosa se centra en el individuo y su visión personal de las cosas, no importando gran cosa el criterio Divino.
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Sinagoga Reformada en Cracovia
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     Para dar soporte a lo anterior será suficiente con transcribir el criterio de dos conocidos rabinos. Uno, Eugene B. Borowitz, quien describe sin rodeos la posición reformada, la cual abandona el Tanaj para promover un humanismo utópico que jamás llegará, apostatando de la milenaria esperanza en el Mesías, para darse a la tarea de crear una era sin la ayuda Divina ni la presencia del Mesías. Aquí sus palabras:
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-“En lugar de apoyarse en Dios y esperar a que algún acto del cielo alterara el orden de las cosas, los seres humanos podrían enderezar las circunstancias mediante la ética personal y social. Nosotros mismos crearíamos un mundo de gente justa y bondadosa, amable y tierna, educada y culta, creativa y sensible. Así, los judíos reformistas dejaron de hablar de la llegada del Mesías, y en lugar de esto, hablaron de cómo se debe trabajar para que venga la Edad Mesiánica” (Para comprender el judaísmo, La Semana Publicaciones Ltda., Israel 1987).
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     ¿En verdad? ¿Los hombres podríamos alcanzar semejante estatus sin la gracia y ayuda de D-os? De considerar siquiera semejante planteamiento, tan absurdo como imposible, la fe judía bíblica, la heredada de patriarcas y profetas quedaría sin sentido ni futuro.
      Otro, el rabino norteamericano Harold Kushner, al narrar la salida de Egipto, deja totalmente al descubierto su incredulidad, el ateísmo pragmático que como el de muchos reformados, se contentan apenas con ser judíos, cuando judío significa «alabanza a Dios». Veamos su relato:
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-“Hace tres mil años una banda de esclavos liberados adquirieron una conciencia nueva de cómo debían vivir los seres humanos, cómo podían cambiar sus maneras de comer, hablar, y comerciar a fin de ser totalmente humanos. A partir de entonces, cambiaron el mundo de manera definitiva” (¡Por la Vida!, Emecé Editores, Argentina 1996, pág. 245).
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     ¿Se liberaron solos, D-os no hizo nada, su liberación no fue a causa de sus continuos ruegos y gemidos delante del Señor? ¿Moisés escribe que su liberación era para comer distinto, hablar distinto y comerciar distinto? ¿No dice acaso la Torá?: “¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego como tú has oído, sin perecer? ¿O ha intentando Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra¦  A ti te fue mostrado, para que supieses que Yahwéh es Dios y no hay otro fuera de él¦” (Devarim-Deut 4:33-35).
      Como respuesta al reformismo aparece el judaísmo conservador (masortí) a mediados del siglo XIX en Alemania, considerándose una síntesis entre ortodoxo y reformado.
       Ahora que si consideramos que conservadores y reformados rechazan la posición ortodoxa (también originada en el siglo XIX) aparece a manera de conclusión anticipada que las corrientes modernas del judaísmo ninguna llega a tres siglos de existencia. Sin olvidar que la corriente derivada del jasidismo y dirigida por el famoso rebbe Lubavitch (Menachen Mendel Schneerson, 1902-1994), toma su curso independiente a partir de 1951 en que el rebbe asume el liderazgo.
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rebbe Lubavitch
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     En síntesis: hemos repasado el nacimiento de cada una de las principales corrientes judaicas modernas y lo cierto que el judaísmo mesiánico históricamente es la más antigua de todas ¿Qué es lo que ha permitido que estos judíos se mantengan firmes como hace dos milenios en sus creencias y sin variación de rumbo ni doctrinas?
       En primer orden que D-os y el Mesías son el centro de su fe (no el hombre ni nada que contravenga el primer mandamiento). En segundo, que la Biblia es la única fuente de fe y doctrina, pues precisamente ese ha sido el error de judíos y cristianos al apoyar su fe en otras cosas u otros libros, cuando D-os es preciso en su Revelación (Biblia) y no requiere de iluminados ni de ayudas humanas. él es D-os y no requiere de más explicaciones que las ya escritas.
       Han pasado dos milenios y los judíos creyentes en el Mesías creen exactamente lo mismo que sus ancestros que anduvieron con Yeshua por todo Israel. D-os es el mismo y su Palabra es la misma; a esto se refería el profeta cuando dijo “por torpes que sean no se extraviarán” (Isaías 35:8).
       Cuando el pueblo de D-os, sea judíos, sea cristianos, se apoyan en las palabras de los hombres para seguir el camino de D-os de cierto que han iniciado el del extravío. No importa que tan santos o brillantes hayan sido, incluso realizado señales y milagros. El que creó y escogió a Israel es D-os, y a él y sólo a él, es a quien se debe amar y seguir, por esto es que envió al Mesías ¡Para redimirnos, para enseñarnos el camino eterno, mostrarnos con su vida como se debe amar a Dos y al prójimo, pues en ello el judaísmo cobra plenitud!
      Por eso es que mientras otras corrientes se han extinguido y otras nuevas aparecen, el bimilenario «Ha Derej» (El Camino) conocido ahora como judaísmo mesiánico se mantiene vivo y con las mismas esperanzas ¿Por qué? Porque D-os no cambia y sólo su Palabra (Biblia) ofrece certeza existencial y de fe, despidiéndonos con los siguientes textos. Shalom:
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·         “Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Yeshaya-Isaías 40:8).
·         “Les escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa extraña” (Oshea-Oseas 8:12).
·         “Porque yo Yahwéh no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Yahwéh de los ejércitos” ( Malaji-Malaquías 3:6-7).
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El rabino Manuel Hernández G., es Maestro en Teología y consejero espiritual de la AJMM.
e-mail:Â mahergo50@hotmail.com
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   Sinagoga Mesiánica “Baruch HaShem”, Dallas, Texas
La revista CHALUTZIM es el órgano informativo de la «Alianza de Judíos Mesiánicos de México». Se publica trimestralmente desde el año 1992 y se envía de manera gratuita.
Director: Mtro. Manuel Hernández Gómez
Sub-directora: Myriam Levy-Chernoff