Rabino Manuel Hernández G.
MEDITANDO EN LA SINAGOGA
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La gran paradoja -
M.T. rabino Manuel Hernández G.
Desde que D-os llamó a los patriarcas para formar
un pueblo que le amara y fuera su testigo entre las naciones; desde
entonces ha existido una larga genealogÃa de personas y personajes
que sirven o aseguran servir a D-os, pero que nunca le han conocido
realmente.
Durante cuatro milenios
judÃos y cristianos hemos tenido entre nosotros a legiones de rabinos,
sacerdotes y pastores que nunca han conocido al Señor y por tanto jamás
han tenido una relación espiritual Ãntima con Ãl. Son siervos no
llamados, ministros con credenciales terrenas, pero sin el aval divino.
Muchos de estos hombres han sido el producto de una tradición heredada,
de la costumbre, de la cultura, de la inclinación religiosa, incluso
de la imposición de otros y lo que es peor: de la ambición humana
(bastará recordar aquellos siglos de oscurantismo en que solamente
por medio del cargo religioso se podÃa obtener educación y una posición
de privilegio).
Todos estos hombres
han hecho daño al rebaño de D-os de alguna manera. Pero sin duda los
que más lo han perjudicado son aquellos que sin tener un llamado al
ministerio divino se han enseñoreado de las ovejas lastimando la fe
de tantos a través de enseñanzas incorrectas (¿cómo pasar por alto
que muchos lÃderes religiosos en el judaÃsmo y en el cristianismo
padecen o han padecido un analfabetismo bÃblico y teológico escalofriante?);
o por medio de abusos diversos (los escándalos sexuales de las últimas
décadas en que se han visto inmiscuidos no pocos lÃderes religiosos
nos permiten reflexionar en el terrible daño que se ocasiona a las
personas afectadas asà como la mala imagen que producen contra la fe
delante de la humanidad entera).
Los hay también que
toman el liderazgo religioso como fuente de ganancia económica, deshonrando
a D-os en su ambición y desviando del camino a las almas incautas a
causa del tropiezo que provocan. A estos se refirió el MesÃas
Yeshua con indignación manifiesta: ââ¦Mas
¡ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!
Porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres;
pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrandoâ
(Mat 23:13).
Moisés nos relata en
la Torá la historia de un profeta gentil que dominado por la ambición
económica comete la estupidez de querer maldecir al pueblo hebreo a
cambio de una jugosa paga que le promete el rey Balac (Num. Caps. 22-24).
Lo intentó no una, sino dos y hasta tres veces, mismas que es reprendido
e impedido por D-os. Balaam es su nombre, y por esta causa precisamente
es que todo ministerio religioso corrompido por la ambición ha sido
conocido a lo largo de la historia como <<ministerio o doctrina
de Balaam>>.
¿De qué
linaje serán aquellos rabinos, sacerdotes o pastores a quienes no les
interesa la vida espiritual de sus ovejas, pero sà los bienes
materiales de su rebaño? ¿acaso no son del linaje de Balaam?.
Ponerse el kitel y la
kipá, la sotana, el traje o cualquier uniforme o distintivo religioso
no convierte a nadie en siervo de D-os. Para ser siervo de D-os no
basta parecerlo ¡hay que serlo!.
¡Cuántas sorpresas se llevará la Humanidad en este sentido en el
dÃa que seamos todos llamados a rendir cuentas!.
El Tanaj (N.T.) nos
relata en detalle la historia del querido profeta Shâmuel (Samuel).
En el libro que lleva su nombre leemos que ââ¦El joven Samuel
ministraba a Yawhéh en presencia de ElÃ; y la palabra de Yahwéh escaseaba
en aquellos dÃas â¦Y Samuel no habÃa conocido aún a Yahwéh, ni
la palabra de Yahwéh le habÃa sido reveladaâ (1 Sam 3:1,7).
Es pocas palabras: ServÃa a D-os, trabajaba arduamente en el Templo
desde su niñez, pero no conocÃa al D-os al que servÃa.
Igual ha sucedido a
lo largo de los siglos. Incontables deben ser las historias de hombres
que en el lado judÃo o cristiano se han dedicado a servir a D-os, pero
nunca le conocieron. Al menos no como D-os desea que le conozcan, que
no es otra que de la manera bÃblica como Ãl se ha revelado. Ciertamente
tienen nociones generales de cómo es D-os, hablan de D-os con aparente
propiedad y aseguran hablar y enseñar en su Nombre ¡Lo cierto sin
embargo es que nunca le han conocido!.
La clave en todo esto
se reduce a dos experiencias necesarias: ¡Nacer espiritualmente
de nuevo y tener un llamado al servicio divino!. Una sola de estas
experiencias no basta. Se puede ser nacido de nuevo y vivir conforme
a la voluntad del Señor, lo cual no asegura tener un llamado ministerial.
En lo personal durante
dos décadas y poco más de un lustro de servicio ministerial he visto
a muchos rabinos, sacerdotes y pastores que carecen de un llamado. Tienen
la buena intención para servir, pero no es suficiente. Algunos llevan
el uniforme religioso con gran solemnidad y parsimonia; actitud que
les sirve para ganar prestigio y cierta respetabilidad social. Lamentablemente
al carecer del llamado divino su ministerio es estéril y en cierto
modo dañino, puesto que la sentencia divina es muy clara: <<si
el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo>>
(Mat 15:14).
El asunto presenta varios aspectos que merecen atención. Aristas que
como espejo reflejan cosas que no son pero que por lo general son aceptadas
y las que realmente son parecen no serlo y por consiguiente son rechazadas.
Asà ha sido siempre respecto a los auténticos siervos de D-os.
En tiempos del rey Acab de Israel, este mal gobernante del llamado âreino
del norteâ incitó al pueblo al sincretismo religioso cayendo la muchedumbre
en una horrenda etapa de oscurantismo de la que nunca se repuso del
todo. Como era obvio los lÃderes religiosos ârespetadosâ carecÃan
del indispensable llamado divino por tanto obedecÃan al interés polÃtico
y económico y D-os se encontraba ausente. En medio de este panorama
tan adverso se presenta el humilde profeta ElÃas, que siendo un auténtico
siervo de D-os era rechazado, objeto de persecución y burlas de la
clase polÃtica y religiosa en el reino del norte, pero cuando el Señor
considera que su paciencia ha llegado al lÃmite a causa del pecado
generalizado, envÃa al profeta Eliyahu quien convoca a todo el pueblo
y sus falsos profetas para ser confrontados unos y otros en el monte
Carmelo.
Eliyahu no pierde el tiempo y directamente les acusa: â...¿Hasta
cuando claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si YHWH es Dios,
seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió
palabraâ (1 Reyes 18:21). Quienes han leÃdo la historia
saben que los 450 falsos siervos no sólo fueron avergonzados por D-os,
sino que ese mismo dÃa perdieron la vida. Por causa de su atrevimiento,
el pueblo hebreo en el reino del norte se habÃa alejado de D-os y el
judaÃsmo que practicaban era una extraña muestra sincrética de judaÃsmo
con otros credos de la región.
Lamentablemente la situación no ha mejorado mucho en el presente. Entre
las diversas corrientes judÃas y cristianas la falsa enseñanza y los
falsos maestros son incontables. Podemos decir incluso que la falsa
enseñanza y los falsos siervos superan con mucho a quienes tienen el
llamado divino y viven conforme a las Sagradas Escrituras. Ser un auténtico
siervo de D-os jamás ha traÃdo consigo la aceptación popular y religiosa.
El propio MesÃas sufrió el rechazo y las ofensas como lo habÃa anunciado
con siete siglos de anticipación el profeta Yeshaya-IsaÃas (cap.
53).
Otro ejemplo más de todo lo que hemos venido comentando lo encontramos
en el Nuevo Pacto con el joven rabino Shaul. De nada le habÃa
servido su gran inteligencia y esmerada formación ministerial. El ser
egresado de la mejor yeshivá de su época y ser discÃpulo de
uno de los mejores maestros en la historia del judaÃsmo no le convirtieron
en siervo del D-os de Abraham, Isaac y Jacob. Al contrario. Ese mismo
D-os al que creÃa servir le tiene que confrontar, derribarlo de su
pedestal de soberbia a causa de su violenta intolerancia: â¡...y
cayendo en tierra, oyó una voz que le decÃa: Saulo, Saulo,
¿por qué me persigues?
El le dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le contestó: Yo soy YESHUA,
a quien tu persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijónâ
(Hechos 9:4-5).
Pudiéramos continuar asà por horas y horas con ejemplos, sin
embargo el sentido de la enseñanza por esta ocasión es claro. D-os
ha dejado a judÃos y cristianos su Palabra Revelada para que nos guiemos
exclusivamente por ese mensaje que ilumina el camino recto y angosto
que lleva a la vida eterna. En ese mensaje (Biblia) el Señor nos enseña
repetidamente acerca de los falsos maestros y de los falsos siervos. SHALOM.
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El
rabino Manuel Hernández Gómez es consejero espiritual de
la AJMM. Es Abogado (Universidad de Guadalajara) y tiene Licenciatura
y MaestrÃa en TeologÃa por la Universidad FLET de Miami. www.mhernandez.com.mx
e-mail: mahergo50@hotmail.com
La revista CHALUTZIM es el órgano informativo de la «Alianza de Judíos Mesiánicos de México». Se publica trimestralmente desde el año 1992 y se envía de manera gratuita.
Director: Mtro. Manuel Hernández Gómez
Sub-directora: Myriam Levy-Chernoff