El mundo se sume cada vez más en el pozo del caos y la desesperación y nadie parece buscar y mucho menos clamar a D-os. Unos se avergüenzan de pronunciar su nombre, mientras que otros le repudian con odio. A los primeros el Señor les advierte: “Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles” (Mar 8:38), en cambio a los segundos les sentencia: —“Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Yahwéh y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira” (Sal 2:2-5).

     Considerar ingenuamente que el hombre puede vivir alejado de su Creador y negar su existencia, es tanto como viajar en un avión, abrir la puerta de salida y pretender caminar en el aire argumentando que no existen las leyes de gravedad. Igual de absurdo o peor es creer que se puede vivir sin respetar las leyes Divinas. Se podrá hacerlo, pero solo por un tiempo. Sin D-os, el ser humano queda tal y como quedó después de la caída en Gan-Edén (Paraíso), en una situación desastrosa que en teología se le conoce y estudia como la doctrina de la depravación.

     La matanza de 19 niños y 2 maestras en Uvalde, Texas, por un joven de apenas 18 años, corrobora la pudrición moral y espiritual de este mundo; un mundo que en su arrogancia y descreimiento ha pretendido independizarse y vivir sin D-os, cuando Él es el único que además de rescatarnos y ofrecernos Su Palabra (Biblia) para que le conozcamos, puede concedernos verdadero sentido existencial y una eternidad segura en su reino (como también una mejor vida presente, con una ética y cosmovisión segura y superior a la del mundo incrédulo).

     La invasión rusa a Ucrania con la estela de muerte y destrucción que ha causado a un país que vivía en paz y no le hizo nada a Vladimir Putin, es parte de esa pudrición señalada en el párrafo anterior, como también lo son los más de 120 mil asesinatos ocurridos en México en lo que corre del actual gobierno. Pudrición moral y espiritual que en nuestro país se refleja también en secuestros, robos, asaltos, extorsiones a negocios y personas, desapariciones (más de 100 mil), prostitución derivada de una moderna esclavitud, con inocentes mujeres raptadas en las calles, como también en un sector de la sociedad entregada a sus depravaciones sexuales peores que en el decadente imperio romano.

     Para el mundo con la muerte se acaba todo; posición que además de falsa, engaña a las multitudes al no advertirles de la existencia Divina y que un día tendrán que presentarse ante Él para rendir cuentas de su vida. Para judíos y cristianos que realmente conocen a D-os, la muerte es la puerta de acceso a la felicidad eterna (o el dolor eterno). Para los que han creído en YESHUA el inicio de la verdadera vida en el reino de los cielos. Pero para los que le han rechazado, el inicio de una horrenda condenación en el reino de las tinieblas. Temas y hechos que por miles de años eran de charla y conocimiento general, pero que actualmente ya no se tocan en público, mucho menos en los medios de comunicación.

    A su ateísmo confeso o pragmático le han agregado la privación del mensaje Divino a las nuevas generaciones, quiera D-os, y lo quieran muchos, inquietarse espiritualmente y buscar a YESHUA quien además de poder salvarles, puede dar sentido existencial a sus almas vacías. SHALOM.