Estamos viviendo días agitados, violentos y de confusión generalizada; postreros, les nombra la Biblia. Aun el llamado establishment ha sido agredido desde dentro rompiendo el orden y el estado de derecho. El país líder de la democracia ha tomado el rumbo de los gobiernos populistas dejando de lado las enseñanzas de las Sagradas Escrituras para simple satisfacción del hombre que les dirige (y cierto sector de la sociedad), que cree ciegamente estar haciendo lo correcto, aunque apartándose de la voluntad divina y acercándose a las acciones de los antimesías o anticristos.
Por increíble que nos pudiera parecer, en la época de mayor libertad para leer y comprar una Biblia, paradójicamente es una de las que menos se lee. No hay interés para hacerlo. De hecho, para un gran sector de las nuevas generaciones no les significa gran cosa el mensaje Divino y muchos creyentes (judíos y cristianos) han dejado de leerla, o si acaso lo hacen, lo hacen por medio del teléfono. El celo por la Palabra de D-os y la pureza de las traducciones es cada vez más escaso.
Semejante situación espiritual deja en desventaja y sin protección a millones que han optado por llevar la fe de una manera “fácil” y acomodaticia, incluso al estilo corporativo, siguiendo la opinión de líderes pseudo religiosos, políticos, o mediáticos, que les aseguran ser «creyentes», aunque en realidad sean unos pillos o pecadores irredentos. Pero eso sí, expertos en el manejo de medios y masas.
A eso se refería el Mesías YESHUA cuando nos advirtió hace dos milenios, que previo a su retorno glorioso, se levantarían líderes capaces de arrastrar al error a las multitudes, cuestión que está sucediendo delante de nuestros ojos: “Porque se levantarán falsos mesías, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los elegidos” (Mat 24:24).
Las Escrituras nos advierten desde hace veintisiete siglos la obligación de revisar el testimonio de los que dicen hablar en nombre de D-os, advertencia que se aplica también para los líderes políticos: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido (Isaías 8:20) ¿Acaso no ven el terrible testimonio de uno de estos líderes, de un hombre que ha sido enjuiciado por abuso sexual en contra de muchas mujeres, capaz también de perjurar sobre la Biblia, y mostrar abierta y descaradamente un carácter malformado, iracundo y soberbio? Hombres sin luz que viven en tinieblas, y sumen con engaños a otros en su mundo tenebroso,
Tal parece que, por encima de la Palabra y las doctrinas contenidas en la Biblia, se hace más caso al status, o la ley de grupo, que a la Revelación del Señor (y sus advertencias al respecto). Lo que por milenios se mantuvo firme, para no pocos en el presente, en este caso personas que se dicen “creyentes”, las cosas ya no son así. Han relajado su postura de tal manera que tanto la pureza del mensaje como la importancia de la teología y la santidad del mensajero no les merecen la atención y respeto debidos. Sabedores en este caso, de las consecuencias que les pueda ocasionar su equivocada postura han bajado la guardia, descuidado la fe.
La Biblia es muy clara al respecto, procurando advertirnos para que no nos desviemos, ni nos perdamos cayendo bajo liderazgos erróneos. Yeshua condenó los liderazgos desviados de su época: “Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo” (Mat 15:14). Y en otro texto las Escrituras señalan abiertamente la rebelión de algunos; quienes preferirán seguir a hombres mortales que al D-os y Señor de Israel: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores…” (1 Tim 4:1). Aferrémonos al amor, la Palabra, y la gracia Divinas en el Mesías Yeshua. ¡Amén!
La revista CHALUTZIM es el órgano informativo de la «Alianza de Judíos Mesiánicos de México». Se publica trimestralmente desde el año 1992 y se envía de manera gratuita.
Director: Mtro. Manuel Hernández Gómez
Sub-directora: Myriam Levy-Chernoff