Crece la maldad y sevicia del presidente ruso Vladimir Putin en contra de Ucrania, un país al que por siglos consideraron hermano, y la ayuda de occidente no parece tener los efectos deseados. El cuadro dantesco en ciertas ciudades y zonas del país invadido es cada vez amplio y de mayor horror, agregando el satánico Putin a cada una de sus perversas acciones, una dosis de daños y muerte a la población ucraniana, así como a su infraestructura, intentando usar contra este inocente pueblo el mismo ejército que utilizara el Zar Alejandro I contra el emperador Napoleón El ejército de hielo: ¡el invierno! ¿Destruidos sus hogares, edificios, empresas, y estructuras, dónde se podrán refugiar? El frio se encargaría del resto, de aniquilar a los inocentes.

Las acciones frías y maquinadas del presidente ruso contra Ucrania nos recuerdan al malvado Adolfo Hitler. Así empezó este endemoniado sujeto invadiendo Polonia. Si no conociéramos la Biblia, y considerando lo que está sucediendo en el mundo, ciertamente es para deprimir al más optimista, para aterrorizar a cualquiera.

Sin embargo, al conocer a D-os a través del Mesías Yeshua, y conocer su Palabra, conocemos también lo que sucede en el mundo y sabemos lo que está por suceder. No porque seamos mejores ni más inteligentes que los demás. Nada de eso. En el amor y la gracia del Señor, hay bendiciones y protecciones para su pueblo. Una, por demás grandiosa e invaluable, es su revelación (Biblia). En ese bendito libro, que dicho sea de paso, nuestro pueblo cuidó por miles de años (por eso es conocido como “El Pueblo del Libro”), se nos enseña y advierte que a pesar de estos terribles sucesos todavía no es el fin del mundo. Antes, y lamentablemente la humanidad sumida en el pecado y la incredulidad no lo cree ni considera; el Mesías YESHUA retorna a dos cosas: 1) a poner orden en el mundo, evento en el que muere la tercera parte de los humanos, y 2) Se sienta a reinar en Jerusalén, como rey de Israel y sobre todos los pueblos de la tierra.

¿Verdad que la mayoría de las personas que no conocen a D-os, ni su Palabra, no saben nada al respecto o si saben algo está confuso y contaminado por leyendas y mitos? Careciendo de espacio, pero ampliándolo en la sección MEDITANDO DESDE LA SINAGOGA, resta señalar que en medio de estos grandes y definitivos eventos, hay otro implícito también de gran significación y relevancia ¡La salvación del pueblo judío! Sí, leyó usted bien, la salvación del pueblo judío. Contrario a lo que se piense y aunque por siglos haya sido al revés, a partir del siglo XVIII comenzó de manera incipiente un sector del judaísmo a creer en su propio D-os, en su propio Mesías YESHUA y en sus propias Escrituras. Así está escrito y así sucederá, lo crea el mundo o no, pues D-os no requiere de la aprobación de nadie para cumplir sus propósitos eternos, hasta que todo el pueblo judío crea en YESHUA y sea salvado. Se dejan dos textos proféticos al respecto y con esto nos despedidos. שלום

“Y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén. Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” (Zac 12:9-10).

“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio… que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que hayan entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel se salvará como está escrito… Rom 11:25-26.