Alianza de Judíos Mesiánicos de México

Desde 1992

Organo Oficial No. 104, Invierno, 2022/23-5783

MUJERES JUDÍAS
!QUIERO, SÉ LIMPIO!

Rebbetzin Celia C. de Hernández


Quiero; sé limpio! Estas hermosas palabras fueron pronunciadas por YESHUA a la petición de sanidad de un leproso (Mat 8:3); acto con el que muestra su perfecto amor para su pueblo, y que fueron dichas recorriendo todas aquellas ciudades de Israel, sanando toda dolencia y toda enfermedad, echando fuera demonios, pero sobre todo, anunciando el Reino de Dios que se había acercado y con ello su salvación.

JUAN DUDA Y EL MESÍAS LE FORTALECE

     En este tiempo, Juan el bautista estaba ya preso, y siendo aquel hombre un escogido de Dios, un nacido de mujer como no hubo otro igual, había caído en depresión y en duda; igual que tú y que yo querida amiga, como nos ha sucedido alguna vez. Así que envía a sus discípulos a preguntarle a Yeshua: “¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?” (Mat 11:4-5). A lo que YESHUA les responde: “Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis”.

¿QUÉ COSAS VEMOS Y OÍMOS?

     Y nosotras, ¿qué cosas vemos y oímos queridas hermanas? Las señales de que el reino de los cielos se había acercado, era saber, que los ciegos veían, que los cojos andaban, que los leprosos eran limpiados, los sordos oían, y que los muertos eran resucitados. Si profundizamos escudriñando la Palabra, nos daremos cuenta que esas maravillosas señales que fueron mostradas por el Mesías a aquella generación, eran una enseñanza también para estos tiempos. Así que debemos preguntarnos queridas amigas, si el judaísmo actual ve lo mismo que dijo YESHUA a los discípulos de Juan.

     ¿Te has dado cuenta que no hay peor ceguera que la espiritual? Igualmente sucede con la sordera, con esa sordera que impide a muchos escuchar la voz divina; que el Señor quiere sanar lo cojo para que no se salga del camino y sus palabras que no se entienden ni atienden, se entiendan y atiendan, pero sobre todo, aquella lepra visible, la de aquellos hombres que acudían a YESHUA en busca de limpieza de su carne; lo cual es, y debe ser siempre, una enseñanza espiritual para que nos limpie de la lepra del pecado y nos resucite de la muerte espiritual, que es peor aún que la muerte física.

EL LEPROSO RECONOCIÓ HUMILDEMENTE SU CONDICIÓN

     Observo en el pasaje bíblico de aquél leproso que vino a YESHUA y humildemente se postró ante Él y rostro a tierra le rogó diciendo: “Señor, si quieres, puedes limpiarme”; queda de manifiesto que reconocía su condición pecadora y física, por lo que se postró ante el Mesías y le rogó por su sanidad. En una sencilla reflexión queridas amigas y lectores en general ¿hacemos algunas veces lo que hizo este leproso?; ¿nos postrarnos ante Dios, que es santo, y le rogamos con corazón humilde aceptando y reconociendo que tenemos la lepra del pecado, y que sólo Él nos puede limpiar? ¿O llegamos ante su presencia con una actitud incorrecta, altanera u ofensiva, reclamándole sin respeto…,  ¡si tú me escucharas mis muchos problemas y males, si tú supieras lo que me pasa, si tu hubieras estado aquí cuando me enfermé o me pasaron todas estas cosas!, cuando la realidad es que El todo lo sabe y su presencia lo abarca todo, ¿verdad que debiera cuando menos avergonzarnos y hacernos recapacitar?

Aquel hombre sabía que la lepra no se quitaba, y tu y yo debemos de saber que las angustias interiores, que las deficiencias espirituales que tenemos a consecuencia del pecado, nadie las puede quitar; ni los psicólogos ni los psiquiatras, excepto Dios. ¿Hemos recurrido al sacerdote como aquel leproso para ofrecer la purificación de nuestros pecados?, ya no como dice la ley de Moisés, pues ya no hay Templo en Jerusalén, ni sacerdotes oficiando; sino a través del precioso sacrificio perfecto de nuestro sumo sacerdote, de nuestro amado Mesías YESHUA como lo establece la Biblia (Hebreos 10 19-22). Debemos entender que la formas cambiaron, pero el principio es el mismo.

     Escudriñando en las Escrituras he observado que en distintos hechos, cuando se acercaban a YESHUA las  gentes de su generación pidiendo ayuda para sus múltiples enfermedades y males, a unos les decía: «TUS PECADOS TE SON PERDONADOS», a otros «TU FE TE HA SALVADO», que es el caso de la mujer sirio-fenicia, y a otro que se acercó pidiendo su intervención, siendo un hombre encumbrado hizo esta bella observación «NUNCA HE HALLADO FE COMO ESTA».

EL LEPROSO PUDO RECONOCER AL MESÍAS

     Pero sigue tocando mi corazón muy fuerte la fe y actitud de aquel leproso, pues sin duda reconoció que YESHUA era el Mesías si no, no se hubiera postrado ante El, pues aunque estaba enfermo y condenado a muerte, se desprende que era un judío que conocía su fe y que a pesar de su dolorosa condición, pudo entender que YESHUA era el Mesías; cosa que no sucede con otros, que ni conocen a Dios, ni conocen la Biblia ¿Cómo puede decir alguien que Yeshua es o no el Mesías sin haber leído nunca el libro bendito?

     Dios es santo, santo, santo, la Biblia nos muestra y enseña que tenemos que presentarnos con humildad y súplica delante de Él por esa misma razón cuando le buscamos en nuestras necesidades o en nuestra adoración. Si queremos en verdad que el Reino de Dios se acerque y llegue a su pueblo la casa de Israel para que se cumpla lo que su Palabra dice: “los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres les son anunciadas las buenas nuevas” (Mat 11:5) tenemos todos que hacer nuestra parte;  rogar con fe y humildad para que nuestra petición sea una realidad, para que la casa de Israel sea sanada de su ceguera, porque el Señor nos advierte, que si fueran ciegos físicamente no tendrían pecado, pero tienen ojos y su pecado permanece. Porque no se han dado cuenta que a eso vino YESHUA, a salvarnos a los pecadores, que lo somos todos, por eso tenemos que insistir una y otra vez, queridas amigas y hermanas, pues se trata de una lucha espiritual entre el Reino de Dios y el de las tinieblas.

     Entender que otros muchos están en esclavitud como estaba el pueblo en Egipto, y la Escritura nos dice que “no podían escuchar a Moisés que venía a libertarlos a causa de la congoja de espíritu y la dura servidumbre” (Exodo 6:9), y los muertos espirituales, seguirán muertos a causa de un corazón sin arrepentirse. Pero hay buenas nuevas para los demás ¿Quieres ser limpio de tus pecados, quieres entrar en el reino inconmovible del Mesías? ¡Arrepiéntete de todo corazón y busca a Dios y a su Mesías para que tengas vida eterna y la verdadera paz! SHALOM.


La rebbetzin Celia Cornejo de Hernández.: es consejera espiritual de la AJMM.  

Email: celiacornejoh@gmail.com



La revista CHALUTZIM es el órgano informativo de la «Alianza de Judíos Mesiánicos de México». Se publica trimestralmente desde el año 1992 y se envía de manera gratuita.
 
Director: Mtro. Manuel Hernández Gómez
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