Rebbetzin Celia C. de Hernández

La fidelidad de Dios es una característica de su santo ser. El Señor les dijo y nos dice a todos en el libro de Deuteronomio: “Conoce, pues, que Yahwéh tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que aman y guardan sus mandamientos hasta mil generaciones” (7:9). Al revisar este texto bíblico, vemos que esta es una característica muy notoria en el ser de Dios, pero que la trasmitió a sus criaturas haciéndonos a su imagen y semejanza. Es decir, quiere que también seamos fieles.

     El Señor hizo un pacto con Israel basándose en el amor eterno que tenía y tiene con su pueblo, y siendo el pueblo más insignificante de la Tierra, le confió lo más sagrado ¡Su Palabra eterna para que fueran sus testigos! ¿Hemos sido fieles con esa misión que el Señor nos mandó?

ISRAEL RECHAZÓ LA TEOCRACIA

     En la Palabra leemos que habiendo vivido por muchos siglos bajo una teocracia en la que Dios era el rey, y humanamente puso para dirigir al pueblo a Moisés, y posteriormente a Josué y los Jueces para guiar a la nación, leemos también que con el paso de los años y debido a la contaminación y ejemplo de los pueblos vecinos, Israel desecha la teocracia y pide absurdamente un rey como los otros pueblos.

    De igual manera nos enteramos que les pone un rey y se inicia el período de la monarquía, en la que D-os demandaba de aquellos reyes fidelidad a Él y a su Palabra; pero no solo de ellos, sino de cada uno de los hijos de Israel. Como todas sabemos, después de Salomón, durante el reinado de su hijo Roboam, el país se divide en dos a causa de la infidelidad espiritual: En el reino del Norte gobernado por Jeroboam y el del Sur por Roboam.

    ¿Cuál fue la característica del reinado de Roboam y Jeroboam? En la Biblia leemos que ninguno de los dos fue fiel a Dios, no respondieron como debían hacerlo, al cargo de tanta responsabilidad que se les había entregado olvidando su llamado cuando el Señor les había advertido, que, si aprendían a confiar en El y a ser fieles, serían prosperados. Pero no fue así, fueron rebeles e infieles con Dios. Usaron el llamado y cargo de gran honor para satisfacerse a sí mismos.

EL SEÑOR ELOGIA LA FIDELIDAD

    En la III Epístola de Juan, el Señor nos dice a todos cuando le obedecemos: “fielmente te conduces cuando prestas algún servicio” (v.5) ¿Mas servicio y fidelidad que el de conducir toda una nación? Pero amadas hermanas, ya vimos que muchos de los reyes no fueron fieles, pero no podemos olvidar que también a nosotras el Señor nos llamó para ser mujeres virtuosas y guiar a nuestra familia fielmente en sus caminos.

LA BIBLIA NOS DICE COMO SER FIELES

     La Escritura nos insta a todas las mujeres a honrar a Dios con nuestra vida y nos pide ser fieles: “Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras y fieles en todo” (1 Tim 3:11) ¿A qué se refiere cuando dice fieles en todo? Intentando decir en palabras sencillas: podemos y debemos dar un mensaje a nuestros hijos y nietos para su bendición empezando con nuestro ejemplo, hablarles de la Biblia e intentando con nuestra vida mostrar esa fidelidad, porque dice el Señor, que cuando damos un mensaje fiel a su Palabra, traemos salud para nuestros hijos en todas las áreas de su vida (enseñándoles cómo comer, qué comer, cómo comportarse en casa y fuera de ella, cómo buscar y confiar en Dios, cómo tratar al prójimo, etcétera).                    

    No tengamos temor hermana, si estamos en el Señor y hemos permitido que Su Espíritu nos transforme en nuevas criaturas, El se encargará de ayudarnos a vivir la fe de forma real y no solo de apariencias. Recordemos que él nos ha dado muchas promesas y una muy preciosa dice: “Fiel es el que os llama, el cual también lo hará” (1 Tes 5:24), por lo que requerimos confiar en Él y ser obedientes.

    En nuestro corto o largo peregrinar terrenal, el Señor siempre está con sus hijos. El es nuestra justicia, ¿acaso hay méritos en nosotras para considerarnos justas delante de Dios?  Hay un pasaje muy hermoso en Isaías que nos dice que el Mesías sería y es nuestra justicia: “Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura” (11:5). El, espera, pues, de nosotras lo mismo, que sigamos sus pasos, que nos ciñamos nuestros lomos con la verdad, con la justicia, con el amor, y que la fidelidad a nuestro Padre celestial sea la constante en nuestra vida, porque si somos fieles a El lo seremos a los demás.

FIELES EN TODO

    Pero no sólo fieles a El, la fidelidad se debe reflejar también con los que nos rodean: padres, hijos, esposo, comunidad, etcétera. Pues el Señor nos alienta y pide que seamos así: “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Ap 2:10). Pero como todas sabemos, queridas amigas, el Señor espera de nosotras que respondamos como él lo hace. La Biblia nos muestra una y otra vez la fidelidad de Dios para Israel y para cada una de nosotras, sobre todo, si le amamos y obedecemos.

DIFERENCIA ENTRE ELI Y SAMUEL

     Recientemente terminamos de estudiar en la sinagoga el 1er Libro del Profeta Samuel, impactó tanto mi corazón de ver como un sacerdote que había sido llamado para ministrar en el Templo (Elí), y quien habiendo tenido al futuro profeta Samuel de aprendiz, tuvo que ser amonestarlo por Dios de una forma por demás dura y tremenda, pues honraba mas a sus hijos que a Dios mismo. No era fiel.

    En cambio, vemos como el Señor fue procesando poco a poco a David en medio de muchas pruebas, dolor, incomprensión e ingratitud, pero saben qué, él fue fiel al Señor y fiel a todo Israel, de hecho, el mejor rey que tuvo a tal punto que Dios mismo da testimonio de su fidelidad y entrega: “He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero” (Hechos 13:22).

    Tu y yo, mi querida hermana o lector, en nuestra vida cotidiana tenemos que decidir en nuestro corazón ser fieles hasta la muerte para que Dios nos conceda la corona de la vida. Es cierto, la tarea señalada es la más difícil de todas, pero con la gracia y ayuda de Dios lo lograremos, tenlo por seguro, pues esa es la verdadera fe “Todo lo puedo en el Mesías YESHUA que me fortalece” (Fil 4:13).

La rebbetzin Celia Cornejo de Hernández es consejera espiritual de la AJMM