Rebbetzin Celia C. de Hernández
Una de las caracterÃsticas principales del fin de esta conflictiva era es, que el engaño y la seducción espiritual aumentan su impacto de manera creciente, dejando a su paso una devastación que solo los creyentes más despiertos pueden todavÃa ver con claridad.
    La Palabra de D-os nos anuncia desde hace dos milenios que en los postreros dÃas, previos al retorno del MesÃas «algunos apostatarán de la fe escuchando a espÃritus engañadores y a doctrinas de demonios» (1ª Tim 4:1).
    El meollo del problema es: ¿Cómo podemos reconocer el engaño y la seducción para evitar caer en su trampa y perdernos? ¿Cómo seguir al Señor y mantenernos fieles en su Camino?.
    En su obra clásica âCartas del diablo a su sobrinoâ, C.S. Lewis ilustra literariamente como un diablo novato es adiestrado para engañar sutilmente a su candidato: âTu hombre se ha acostumbrado desde que era muchacho, a tener dentro de su cabeza, bailoteando juntas, una docena de filosofÃas incompatibles. Ahora no piensa, ante todo, si las doctrinas son âfalsasâ, sino âacadémicasâ o âprácticasâ, âsuperadasâ o âactualesâ, âconvencionalesâ o âimplacablesâ. La jerga, no la argumentación, es tu mejor aliado en la labor de mantenerle apartado de la iglesia. ¡No pierdas el tiempo tratando de hacerle creer que el materialismo es la verdad! Hazle pensar que es poderoso, o sobrio, o valiente; que es la filosofÃa del futuro. Esto es lo que importaâ.
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LA PALABRA ES LA GUIA DIVINA
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    Betty, mi querida amiga y hermana en la fe, en una clase bÃblica nos decÃa a través de una simpática ocurrencia, que el enemigo de nuestras almas nunca nos va a decir â¡Soy el pecado y te voy a matar!. La Escritura nos advierte que el enemigo es astuto y sutil, que incluso se disfraza de âángel de luzâ como también nos advierte que âla paga del pecado es muerte; mas la dádiva de Dios es vida eterna en el MesÃas Yeshuaâ(Rom 6:23).
    Debemos tener en cuenta entonces, que el EspÃritu Santo (Ruach ha Kodesh) nos va renovando de nuestra mente en la medida que vamos conociendo las Escrituras y disponemos nuestro corazón para amar y obedecer a D-os. En esa misma medida el Señor nos va concediendo el discernimiento para advertir el engaño del pecado (una palabra que el adversario de nuestras almas ha ido sacando del vocabulario popular). Recordemos queridas hermanas que la Palabra Divina es lámpara y es luz para nuestro caminar en la vida (Sal 119:105).
    Solo un verdadero creyente puede entender los principios espirituales. Cuando la Palabra nos dice que nos «renovemos de nuestra mente» (Efe 4:23) y de nuestra antigua manera mundana de pensar, es precisamente porque se requiere de tal acción. No podemos seguir caminando por la vida con los mismos esquemas e ideas torcidas que un mundo ateo y materialista nos ha metido por tantos años. Dios quiere que echemos de nuestra cabeza toda idea equivocada y demos cabida a su Palabra revelada, lo cual nos permitirá ver la vida con otra óptica muy distinta.
    Esta experiencia durará toda la vida pues crecemos espiritualmente en la medida que obedecemos a D-os y nos nutrimos todos los dÃas de la Biblia. No escucharemos âvocesâ como algunos iluminados aseguran escuchar, ni tendremos âvisionesâ espectaculares. Lo cierto es que seguiremos siendo personas ordinarias, aunque con una visión extraordinaria de la vida por cuanto el Dios Todopoderoso nos guÃa por medio de su Palabra y su EspÃritu ¿Qué hermoso no lo crees?.
    Ahora bien para tener una relación sana e Ãntima con Dios se requiere de pasar tiempo a solas con él. Y no hablo de monasterios, vida ascética ni nada por el estilo; simplemente me refiero a orar, a platicar con Dios con la sencillez del niño que charla con su Padre a sabiendas de que es escuchado y atendido ¿Cuándo fue la última vez que te arrodillaste en tu cuarto, que a solas adoraste a Dios y le presentaste tus necesidades personales, familiares y sociales?.
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PEDÃD Y RECIBIREIS
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    Hay una oración suplicante del rey David que nos muestra la manera de acercarnos a Dios, de despojarnos de toda soberbia y anhelar ser como el Señor quiere que seamos: «Crea en mi, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espÃritu recto dentro de mû (Sal 51:10).
    Casi todo creyente judÃo o cristiano, sobre todo los hombres, quieren ser como el rey David, fuerte, valiente, inteligente, osado, comprometido con su pueblo, estadista, pero muchas veces pasan por alto que al darse cuenta de su rebelión contra Dios (al adulterar con Batsheva) tuvo obligadamente que arrepentirse como todo pecador, entender que habÃa ofendido la santidad de Dios (como todos lo hacemos con nuestras faltas), y anhelar de todo corazón su restitución a la gracia divina.
     El enemigo habÃa sido extremadamente sutil con David, asà como lo es con todas nosotras, engañándole y haciéndole creer que el poder le permitÃa todo, incluso pecar. Su caÃda espiritual como todo lector de la Biblia sabe fue extremadamente dolorosa. En medio de una terrible depresión y con su corazón arrepentido y quebrantado, clama con toda sinceridad al Señor y le pide su gracia y perdón:
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-      «Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado esta siempre delante de ti. Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos⦠He aquÃ, tu amas la verdad en lo Ãntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabidurÃa. PurifÃcame con hisopo, y seré limpio; lávame y seré más blanco que la nieve. Hazme oÃr gozo y alegrÃa, y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis rebeliones» (Sal 51:3-9).
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    El Señor oyó las súplicas del rey David y el gozo de la salvación volvió a su vida (cosa que no sucedió con el rey Saúl, cuyo espÃritu rebelde e incrédulo jamás tuvo paz). El corazón limpio, el que ha sido limpiado de sus maldades por la sangre redentora del MesÃas Yeshua tiene paz. Y es que en su nueva experiencia con Dios es equipado con dones que el EspÃritu divino nos concede a los creyentes para poder desechar la malicia, las tentaciones, envidias, discernir las asechanzas del enemigo y no caer en sus engaños sutiles, en repudiar la hipocresÃa, el engaño y toda maldad que nos separa de Dios.
    Si renunciamos a los deseos carnales y los cambiamos como el rey David por el anhelo de las cosas espirituales que Dios generosamente está dispuesto a concedernos; entonces y sólo entonces transitaremos por este mundo con una mente renovada, siendo luz en una sociedad de tinieblas, portadoras de buenas nuevas en un mundo de malas noticias, y poseedoras de un gozo interno que nadie nos podrá robar al no depender de la veleidad e injusticia del ser humano.
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ALABEMOS SIEMPRE A DIOS
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    La diferencia entre hablar de Dios y amar a Dios de verdad puede ser abismal. La primera puede ser una costumbre o simple religiosidad aprendida que no tenga realmente nada que ver con el Señor, en cambio la segunda es la obediencia al primer mandamiento, ya que quien ama a Dios le obedece, y el obedecer obligadamente se traduce en vivir su Palabra, y quien vive la Palabra alaba a Dios en casi todas las acciones de su vida, sea con palabras de gratitud, sea por medio de la oración, sea por medio de las cosas que hacemos todos los dÃas (ética, principios, expresiones, etc.).
    Somos pues muy amadas y bendecidas al conocer a Dios que se ha revelado a nosotras. Pero, ¿qué de nuestros hermanos judÃos que todavÃa no conocen a Yeshua? El rabino Shaul se preguntaba «¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oÃdo? ¿O cómo oirán sin haber quien les predique?» (Rom 10:14), y si no hay quien les predique pueden ser presos de las sutilezas del enemigo de las almas, lo cual nos muestra nuestra deuda de amor para con ellos.
    Asà que en nuestras peticiones y alabanzas, incluyamos todos los dÃas a los judÃos del paÃs (nosotras lo hacemos en México y tu que lees esta revista en otro paÃs, haz lo mismo por los judÃos de tu nación) para que conozcan a Yeshua, para que se revele a sus vidas, para que tengan ganas de leer la Biblia y lo puedan descubrir y recibir en su corazón, ya que en ningún libro, experiencia ritualista o tradición lo podrán encontrar. Para que en adelante no caigan en las trampas ni sutilezas del mundo y las promesas divinas hechas a Patriarcas y Profetas sean una realidad para los judÃos de nuestra generación actual. ¿Verdad que sà querida hermana y amiga? Oremos y pidamos a Dios sin cesar por la salvación de todo nuestro pueblo ¡Amén!.
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La rebbetzinCelia C. de Hernández, es consejera espiritual de la AJMM
E-mail: celiah51@hotmail.com
La revista CHALUTZIM es el órgano informativo de la «Alianza de Judíos Mesiánicos de México». Se publica trimestralmente desde el año 1992 y se envía de manera gratuita.
Director: Mtro. Manuel Hernández Gómez
Sub-directora: Myriam Levy-Chernoff