Rabino Manuel Hernández G.
La mayor parte de nuestro pueblo lleva o ha llevado la fe de acuerdo a su manera de pensar, la que se ha formado y nutrido durante siglos con ideas propias, enseñanzas rabínicas y familiares, tradiciones, opiniones ajenas y lecturas. Los rabinos, la mayor de las veces y durante dos milenios se han nutrido en el Talmud y en otras opiniones rabínicas. Sin embargo, el judaísmo, el revelado por Dios a Israel está en las Sagradas Escrituras (Biblia). Es allí donde el Señor nos dice quién y cómo es EL, qué pide y espera de nosotros, cómo debemos vivir, y que sucederá al final de nuestra jornada terrenal.Punto.
La cuestión de fondo, lamentablemente, es que durante mucho tiempo muchos líderes no han instruido al pueblo en las Escrituras como era y es su deber (igual ha sucedido en la mayor parte de la cristiandad) ocasionando con ello daños graves y eternos a las almas ¿Acaso el D-os de Israel no se presenta a su pueblo como YO SOY EL QUE SOY, es decir, YHWH (Yahwéh)? Nombre en el que expresa a sus hijos y pueblo su eternidad. Una eternidad a la que fuimos llamados e invitados todos, pero que no todos podrán disfrutar a causa de sus vidas de desobediencia a D-os y a su mensaje.
El judaísmo revelado por D-os en las Escrituras conlleva un mensaje de salvación para su pueblo Israel, mensaje que la mayoría desconoce (o conoce parcialmente), ocurriendo lo mismo con las doctrinas fundamentales, ya que gran parte de los rabinos —como ha sucedido entre la cristiandad— se ha dedicado a enseñar tradiciones, ritos y ceremonias.Liturgias que muchas veces desvían del propósito divino y alejan las almas de la voluntad de su Señor, quien las ama y desea fervientemente salvar de la muerte eterna. Justamente por eso envío a su Hijo el Mesías YESHUA, quien en la Pascua del año 33 del primer siglo, dio su vida y sangre inocente para pagar los pecados de todo Israel (y de los gentiles que crean y se arrepientan). La Biblia así lo advierte: “Sabed, pues, esto, varones hermanos que por medio de él (Yeshua) se os anuncia perdón de pecados” (Hechos 13:38).
Y si hay pueblo en la Tierra que conozca y entienda el significado de la Pascua es el judío ¿Acaso en la primera pascua ordenada por D-os a Moisés el cordero sacrificado por cada familia hebrea no era “sin mancha”? —tal y como sucedió con Yeshua, sin mancha de pecado—La Torá lo dice muy claro: “Hablad a toda la congregación de Israel… tómese cada uno un cordero… un cordero por familia… El animal será sin defecto… y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. Y tomarán de la sangre y la pondrán en los dos postes… Y la sangre os será por señal…” (Shemot-Exodo 12:3-13).
Yohanán (Juan) el bautista, se encargó de anunciar a todo Israel la llegada del Mesías, quien en su primer venida o aparición dio su vida derramando su sangre inocente en Jerusalén durante la Pascua del año 33, para perdón de los pecados de su pueblo Israel (primeramente), y con ello, abrirnos la puerta a su reino eterno. La Biblia nos narra como Juan en su vigorosa prédica le decía al pueblo con toda claridad y precisión (acerca de Yeshua): “El siguiente día vio Juan a Yeshua que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
Acerca de este punto, es fundamental para todo creyente entender que todos somos pecadores (judíos y no judíos) y que D-os es santo, por lo que en su amor y gracia implementó un hermoso plan de rescate y salvación para nosotros; temas que por lo general no se tocan en las sinagogas. El propio Mesías YESHUA lo dice de manera clara y precisa: “Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lucas13:24)
D-os espera que, una vez escuchado y recibido su mensaje, haya un cambio de vida y conducta en todo judío ¿alguien piensa que sólo nos quiere sin pecado en Yom Kipur, y el resto del tiempo podemos vivir de manera mundana, ajena a sus principios y como deseemos? Considerar siquiera semejante posición, es propio de alguien que no conoce al D-os de Israel, como tampoco su mensaje revelado (Biblia). Asistir a una sinagoga no hace judío a nadie en la presencia de D-os. ¡Delante de los hombres sí, pero no de D-os! Recordemos que judío significa «alabanza a D-os» y las vidas de muchos no son en absoluto alabanza al Creador. ¡Al contrario!

Así que nunca debemos (aunque sí podemos) perder de vista que D-os es santo y desea que nosotros también: “Y seréis santos, porque yo soy santo” (Levítico 11:44), advertencia que nos repite una y otra vez en las Escrituras “Habéis, pues, de serme santos, porque yo YHWH soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos” (ibid 20:26) Y santo, no es el ‘milagrero’, místico, o religioso. La Biblia nos dice que es “el apartado para Dios”. Separación voluntaria del creyente cuando entiende el amor de D-os para su persona, y respondiendo a ese amor, se aparta de su vida anterior de pecado. Verdades escriturales que debemos conocer, meditar y obedecer. Pero si no se conoce la Biblia, tampoco se conoce a D-os, ni se puede obedecer. Podemos tener ideas acerca de Él y conceptos formados a través de los años, pero NO CONOCERLE COMO EL SE HA REVELADO.
El propio D-os de Israel así lo afirma y dice a su pueblo: “Le(s) escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa extraña” (Oseas 8:12). Un siglo después y a causa de que Israel solo quería vivir en las tradiciones y las apariencias religiosas, dicho en otras palabras, en un falso judaísmo, el profeta Jeremías movido por D-os le confronta con su incredulidad y desobediencia: “He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de YHWH les es cosa vergonzosa, no la aman” (Jeremías 6:10). (Fotografía: autor GAAL COHEN, tomada con permiso de su libro AMEN)
Sobre este mismo y gravísimo problema se refirió el profeta Isaías con absoluta claridad: “Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el curso de tus caminos” (4:12b), y más adelante señala además las consecuencias de la ignorancia, de desconocer el mensaje divino: “…mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento” (5:13)
Resulta, pues, paradójico y patético que el pueblo con más premios nobel, en relación al mensaje del D-os que le creó y le escogió para salvarle, pudiera estar entre los más atrasados e ignorantes de la Biblia. Así que, a estas alturas de la vida e historia, resulta absurdo, por no decir ridículo, que una persona de origen judío se atreva a decir que ‘Yeshua no es el Mesías’ si no ha leído la Biblia (toda)¿Cómo, en base a qué se atreve a afirmar semejante cosa? Y no entraré en polémicas centenarias que solo han ocasionado división, encono y rebelión espiritual. La idea es otra: ¡La salvación del pueblo judío! (a través del conocimiento de las Escrituras y la fe)
De entrada, se habrá de decir que tal y como lo anunciaran Moisés y los profetas, el Mesías vendría a salvar a Israel (de sus pecados) y, llegado el momento establecido, iniciar el reino mesiánico o Reino de D-os. La Biblia explica todos estos hechos, tiempos, doctrinas, eventos y detalles que incumben en primerísimo orden al judío y al judaísmo en general. NO SE TRATA, PUES, QUE DESAPAREZCAN CORRIENTES TRADICIONALES DEL JUDAÍSMO O SE ‘CONVIERTAN’ COMO ALGUNOS POR DESCONOCIMIENTO TEMEN. Se trata de que todas las corrientes judías, SIN EXCEPCIÓN, hagamos una auténtica teshuvá y nos volvamos a nuestro D-OS DE TODO CORAZON. Y para que esto suceda son necesarias varias cosas: primero, reconocer que somos pecadores, segundo; que el D-os nuestro, el D-os de Israel es santo, quien nos advierte en la Torá “que de ninguna manera tendrá por inocente al malvado” (Exodo 34:7).
Tercero: que haciendo de lado la apatía y pereza, leamos las Escrituras (Biblia) lo cual nos permite varias cosas por demás necesarias: 1) conocer a D-os tal y como El se ha revelado a Israel, 2) conocer su mensaje de salvación, 3) enterarnos directamente por qué somos el pueblo elegido y para qué, 4) descubrir por nosotros mismos quién, cómo, dónde y para qué vendría el Mesías, y como en YESHUA se cumplieron todas las profecías vaticinadas por Moisés, los salmos y los profetas.
En la presencia de D-os no caben las decisiones colectivas o corporativas, como tampoco las indefiniciones. A EL nadie lo pude impresionar y mucho menos presionar. El ya nos dejó en su Palabra su mensaje, y cómo en el Mesías Yeshua se cumplió nuestra redención (dando su vida inocente para salvarnos), por lo que a cada uno de nosotros en lo individual nos corresponde creer y obedecer; si decidimos responder a su amor, y de ser así, arrepentirnos y vivir el resto de nuestro peregrinar terrenal conforme a su Palabra y enseñanzas esperando su Reino Eterno. SHALOM.
El rabino Manuel Hernández G., es consejero espiritual de la AJMM. Email: mahergo1950@gmail.com
La revista CHALUTZIM es el órgano informativo de la «Alianza de Judíos Mesiánicos de México». Se publica trimestralmente desde el año 1992 y se envía de manera gratuita.
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