Dra. Elizabeth Hernández-Bellon
Ha pasado muy poco tiempo del ultimo chalutzim al de hoy, y el mundo ha sufrido muchos acontecimientos que involucran a creyentes como a no creyentes, como lo es la Pandemia de COVID-19 o Coronavirus, ante esto, los creyentes tendríamos que preguntarnos quién es nuestro SEÑOR y entonces reaccionar adecuadamente a los acontecimiento en este nuestro transitar por este mundo, en el que somos extranjeros y peregrinos. Hagámonos pues la pregunta ¿y quién es mi Señor?, y después de responder, caben otras preguntas: ¿conoces realmente a tu SEÑOR, sabes de su poder, su autoridad, de su voluntad para tu vida, sabes de su amor, fidelidad, etcétera?
Ayudando un poco a tu respuesta, ¿sabes lo que quiere decir SEÑOR; en el judaísmo señor se utiliza para referirse a una persona importante, con capacidad para ejercer su dominio sobre algo o alguien y que posee autoridad, dignidad y majestad, como puedes ver, SEÑOR es una persona a la que tú te sometes voluntariamente, conociendo su capacidad de majestad, de amor, cuidado, fidelidad, etcétera, y no solo lo conoces si no que le obedeces, por eso es tu SEÑOR, pregunta con la que iniciamos esta pequeña platica, ¿Por qué me llamáis, SEÑOR, SEÑOR, y no hacéis lo que yo digo?
En este momento el mundo sufre, tiene miedo de infectarse por un virus y morir o sufrir las consecuencias de un contagio, de padecer los síntomas que produce este virus. Si pensamos como el mundo, realmente una pandemia nos debería angustiar y deberíamos tener miedo, pues el único medio para el no contagio seria el aislamiento, pues no existe vacuna o tratamiento para esta pandemia. Sin embargo, sí tenemos un SEÑOR todopoderoso que controla los cielos y la tierra y estamos bajo su protección, por tanto, no debemos tener temor. El mismo dijo: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mat 10:28).
Queridos hermanos y amigos lectores,el pecado tiene cura; es el arrepentimiento delante de nuestro SEÑOR y SALVADOR, es reconocer su autoridad y dominio en nuestras vidas, ésta es la vacuna eficaz contra este mal, vacuna que debe ser acompañada con una receta que debe ser cumplida: la lectura de su Palabra y la comunicación continua con nuestro SEÑOR a través de la oración, el aislamiento total no es necesario, pues nuestro DIOS nos pide que solo nos guardemos del mal, pero que permanezcamos siendo luz y ejemplo de quien es nuestro DIOS.
En estos momentos de tanto temor en el mundo, como creyentes tenemos que obedecer en todo a nuestro SEÑOR, y él nos dicetambién que nuestras autoridades están puestas por Él y que debemos someternos y obedecerlas, pues es parte de su voluntad: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de DIOS, y las que hay, por DIOS han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos” (Rom 13:1-2).
Una vez que establecemos el orden de DIOS y quien es el SEÑOR de nuestra vida, podemos entender que el someternos a las autoridades es parte de nuestra obediencia a DIOS. Si las autoridades de salud nos piden que salgamos lo menos posible a la calle, que guardemos distancia entre las personas y evitemos lugares concurridos y aglomeraciones, hagámoslo, es para bien nuestro.
Ejercitémonos en la fe, y mantengamos la paz con todos a nuestro entorno, eso nos pide el Señor: “Y la paz de DIOS que sobrepasa todo entendimiento, guardara vuestros corazones y vuestros pensamientos en el Mesías Yeshua” (Fil 4:7); honremos también a nuestro SEÑOR con nuestros pensamientos y con nuestro ejemplo para el mundo, esa es la voluntad de DIOS, así fue con todos nuestros amados hermanos en el pasado y así debe ser en la actualidad. La voluntad de DIOS no cambia.
Tomando en consideración la situación mundial, pongamos claridad a nuestra mente y pensemos que es más poderoso ¿un virus que infecta, enferma, o tal vez nos mata, o el pecado que nos lleva a la muerte eterna?, en ambos pensamientos solo nuestro SEÑOR tiene control y respuesta a nuestros temores, él es el único que nos da vida eterna, paz, liberación, etcétera. Pero, como preguntamos en el título de esta charla, si alguien decide no tener a YESHUA por SEÑOR y rechaza obedecerle; la respuesta es que con virus o sin virus tendrá muerte segura y eterna. Pero todavía hay tiempo para arrepentirse, de entender que el coronavirus solo mata el cuerpo, pero el pecado es muerte eterna,Decidamos sabiamente a quién llamar SEÑOR, y de reconocer a YESHUA, obedezcamos con amor su Palabra pues al hacerlo encontramos la verdadera paz y su eterna protección.
Dra. Elizabeth Hernández-Bellon es miembro de la AJMM.
Email: liz@eljardindeliz.com
La revista CHALUTZIM es el órgano informativo de la «Alianza de Judíos Mesiánicos de México». Se publica trimestralmente desde el año 1992 y se envía de manera gratuita.
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