Rebbetzin Celia C. de Hernández
      Cada vez más los creyentes alrededor del mundo nos sentimos impotentes y frustrados ante el avance de la impiedad. Tal pareciera que una ola gigantesca de inmundicia pretende ahogar a la humanidad entera, aún al pueblo de D-os (lo cual por su gracia no sucederá, pero sà nos abruma).
      Vemos con asombro como dÃa con dÃa la influencia de los malvados crece y los gobiernos de la tierra disimulan ante ellos o se prestan para sus incontables crÃmenes. A lo que se ve, los gobiernos sabios y sostenidos en los santos principios de la Biblia son cosa del pasado.
      Pero sabes qué, lector, no debemos rendirnos jamás. Antes de que alguien quiera levantar la bandera blanca de rendición creyendo que ya no es posible luchar o ir en contra de tanta maldad, debemos hacernos algunas preguntas:
      Quienes hemos leÃdo el libro del Exodo sabemos que el pueblo hebreo estaba con todo en contra. Superioridad, armas y poder estaban del lado de los egipcios, pero con todo y esto el pueblo hebreo salió milagrosamente librado y triunfante, aún sin presentar batalla. La liberación y defensa del pueblo corrió a cargo de D-os mismo. Igual sucederá en nuestros tiempos, y asà como levantó a Moisés como lÃder durante el éxodo, hace 2000 años levantó al MesÃas para redimirnos y guiar a las generaciones futuras por medio de Su Palabra y su EspÃritu Santo. Esto es lo anunciado por el profeta Joel â...Y después de esto derramaré mi EspÃritu sobre toda carneâ (2:28).
     En la Biblia leemos que los dÃas de Noé se caracterizaron por la incredulidad y la maldad generalizada. Si el Señor hubiese destruido el mundo por ésta causa nadie le hubiese recriminado, estaba en su derecho, sin embargo el D-os de Israel es el D-os de la gracia, el que se complace en extender su mano de salvación para el hombre que se arrepiente y le cree, por esta causa es que buscó a Noé, quien pacientemente construyó un Arca durante 100 largos años. Pero no solo esto, sino que durante todo ese tiempo le predicó a su generación, no le creyeron, pero aquel justo y su familia alcanzaron salvación de parte de D-os.
      ¿Tú y yo estamos haciendo lo mismo que Noé? ¿Hemos pasado nuestros años de creyentes tratando de meter en el Arca del pacto de D-os âa través del MesÃas- a nuestros hermanos que no le conocen? Nuestro mundo está peor que el de Noé, la violencia, la drogadicción, el libertinaje y demás conductas pecaminosas nos abruman, lo cual no debe inhibirnos para dejar de compartir el mensaje que salva. El brazo de D-os no se ha acortado para salvar, dice el profeta â¿Acaso se ha acortado mi mano para no redimir? ¿No hay en mi poder para librar?â (IsaÃas 50:2).
      Cuando leemos la extensa profecÃa de Yeshua en el Brit Chadashá (N.T.) acerca de su glorioso retorno para reinar sobre Israel, se nos advierte que serÃa semejante a los dÃa de Noé y los dÃas de Lot; es decir, dÃas de incredulidad y perversiones sexuales.
     Leemos que serán dÃas aparentemente normales, donde comerán, beberán, se casarán, como también leemos que como en aquél tiempo, una vez que Noé entró en el Arca y Lot fue puesto a salvo, los incrédulos y los impÃos fueron destruidos. El libro del Apocalipsis nos relata que cuando el MesÃas venga a reinar contra todos los pueblos y reinos controlados por la impiedad, una tercera parte de la humanidad perecerá, que serán los peores tiempos de toda la historia humana.
     Si somos un poco observadores vemos como Yeshua no solo concede autenticidad a los relatos del libro del Bereshit (Noé-Lot), sino que también los utiliza como antecedente para advertir a los creyentes futuros sobre los dÃas previos a su retorno glorioso a la Tierra.
     Las que somos madres y abuelas, vemos que el pecado ha aumentado de manera vertiginosa. Las barreras de la fe y los principios han sido rotas todas y solo un pequeño remanente vivimos sujetos a ellas. Y no lo hacemos por temor, sino por amor a nuestro Creador y a nuestro amado MesÃas Yeshua que dio su vida voluntariamente para salvarnos. El no pecó jamás, nosotros sÃ. Lo más hermoso de todo es que en su gracia nos da fuerzas para sostenernos en medio de tanta maldad, además de inclinar nuestros corazones para ciertas personas que andan en la búsqueda de D-os para compartirles su mensaje de amor.
    Sabemos que después de que Adán y Eva desobedecieron, el efecto del pecado además de esparcirse modificó la conducta del hombre, y asà CaÃn mató a su hermano Abel. Lamentablemente el linaje de CaÃn echó raÃces y fue padre de una sociedad que se alejó de D-os y rompió con todas las barreras espirituales.
    Por ventura la gracia del Señor se ha manifestado desde entonces, por lo que tanto Set como su linaje comenzaron a invocar el nombre de Adonai (Gen 4:26). Desde entonces la búsqueda del bien por unos y por otros el mal ha sido la constante, creciendo el segundo en algunas época hasta sofocar a los justos. Una de estas etapas dice la Torá que, âla maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el malâ (Gén 6:5).
   Era tal la degradación que Moisés escribió tiempo después que âel corazón de Dios se llenó de tristezaâ a causa de la maldad del hombre (Gen 6:6). Qué lamentable que tantos judÃos y cristianos vivan en pecado y jamás consideren siquiera que entristecen el corazón de D-os. Están tan acostumbrados a su estilo de vida que jamás piensan en esto, siendo capaces de ir a la sinagoga o a la iglesia sin remordimiento alguno en la presencia del Señor.
    Yeshua profetizó que las generaciones previas a su glorioso retorno serÃan peores o semejantes a las de Noé y Lot, cosa que todos podemos ver delante de nuestros ojos. Con dolor vemos que nuestras familias viven alrededor de un mundo descreÃdo y entregado a los placeres, en el que drogas, sexo ilÃcito, violencia y perversión de todo tipo son la marca. Â
NOE Y LOT HALLAN GRACIA DELANTE DE DIOSÂ
   âPero Noé halló gracia delante de Diosâ (Gen 6:8), dice la Escritura, como también dice âY libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvadosâ (2 Pedro 2:7). El primero, cuánta burla e incomprensión debió recibir por causa de la construcción del Arca; sobre todo cuando leemos que hasta ése momento la humanidad no conocÃa la lluvia, aun asÃ, Noé se mantuvo firme obedeciendo a D-os y construyendo la nave.
    Algo parecido sucedió con Lot, quien sufrió lo indecible en aquella sociedad de pervertidos. Al separarse de su tÃo Abraham, Lot creyó que las riquezas y bienes materiales le traerÃan la felicidad, cuando sólo le trajeron dolor. Asà que Noé y Lot son señal y ejemplo para las vidas de judÃos y cristianos. Cada uno de nosotros debe construir un âarcaâ espiritual mediante un pacto eterno con Yeshua, ya que el MesÃas nos ha prometido salvar a los nuestros (como sucedió con las familias de Noé y Lot) y en Arca del Señor hay espacio suficiente.
   Las abuelas debemos orar por hijos y nietos, las madres por sus hijos, y ambas por esposos y parientes. Todos los dÃas debemos presentarnos suplicantes ante el trono de D-os pidiéndole por la salvación de nuestras familias y de todo nuestro pueblo. La esencia de D-os es el amor y por amor debemos pedir por los nuestros.
    Ya dijimos que D.-os preservó a Noé y su familia, pero leemos también que éste justo fue quien construyó el Arca. D-os le dijo como construirla, diseño y medidas. Los creyentes actuales tenemos las Escrituras y en ellas el Señor nos dice lo que tenemos qué hacer y cómo lo debemos de hacer. Los contemporáneos de Noé rechazaron el mensaje, pero su descreimiento les trajo funestas consecuencias.
   Asàque somos muy bendecidos al tener provisión divina que nos muestra el camino seguro y eterno para llegar a El. El profeta IsaÃas anunció â...Y será llamado Camino de santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviaráâ (35:8). Yeshua declaró al pueblo el cumplimiento de la profecÃa en su persona para que no se confundieran ni cayeran en la trampa de los impostores: âYo soy el Camino, y la Verdad y la Vida; nadie viene al Padre, si no por mÃâ (Juan 14:6). ¡Más claro ya no se puede!.
   Valoremos el amor y la provisión del Señor. Vemos con dolor e impotencia que el mundo se sume en la incredulidad y la impiedad, pero ánimo, queridas amigas y lectores que visitan este espacio, el MesÃas nos advirtió estas cosas, pero también nos aclaró su victoria total: âEn el mundo tendréis aflicción; pero confiad, Yo he vencido al mundoâ (Juan 16:33) y su victoria espiritual sobre el pecado (clavando en la cruz del Monte Calvario nuestras muchas culpas y derramando su sangre inocente como cordero pascual), en un futuro no muy lejano se convertirá en victoria total al retornar a Jerusalén para reinar como Rey de reyes y Señor de señores, como está escrito. ¡Amén!.
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La rebbetzin Celia C. de Hernández es consejera espiritual de la AJMM
e-mail: celiah51@hotmail.com Â
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