Rabino Manuel Hernández G.
     Todas las etapas de la vida religiosa y espiritual de la persona poseen un significado especial. En el caso de los jóvenes judÃos el paso de la niñez a la pubertad a través de su ceremonia de Bar Mitzvá conlleva una serie de cambios que en buena medida definen su camino espiritual.
     Hay quienes ven o han visto en el Bar Mitzvá apenas una ceremonia en la que se tienen que aprender algunas lecturas en hebreo. Llegado el dÃa se colocorán las tefilim y podrán usar por primera ocasión un talith. Hecha la lectura de la Torá y de los profetas, una vez que el rabino concluya con todo el ceremonial; por lo general disfrutan de una fiesta acompañados de su familia, amigos, invitados y personas de la comunidad, reciben regalos y son considerados a partir de esta fecha una especie de âadultosâ en etapa de transición.
     Tal posición tiene algo de cierto pero no es realmente el sentido bÃblico de la fiesta. Porque en realidad es una fiesta. El salmista escribió con la inspiración del Ruach (EspÃritu): â¡Oh, cuanto amo yo tu Ley! Todo el dÃa es ella mi meditaciónâ (Sal 119:97). Buscar a D-os y amar su Palabra es por cierto un regocijo para el espÃritu, regocijo que sólo quienes han tenido esta experiencia saben a lo que me refiero (un espÃritu mundano y materialista no lo puede entender, aunque quisiera; requiere nacer espiritualmente).
     En el Bar Mitzvá el joven inicia una nueva etapa de su vida religiosa y espiritual. De este dÃa en adelante su relación con D-os y con el MesÃas Yeshua es personal. A partir de ahora sus padres le permitirán que comience a madurar en su ser interior, asà que mientras su hijo da un paso al frente para iniciar su relación individual con el Señor, ellos se mantienen a prudente distancia, de ahà la necesaria búsqueda del Ruach ha Kodesh (E.S.).
     El profesor Haber dice que desde el dÃa de su Bar Mitzvá ârigen para el joven judÃo todos los deberes que la religión impone para los adultos: ha dejado de ser un niño que quedaba exento de ellos y entra a gozar, al mismo tiempo, de todos los derechos que, como adulto, la religión le otorgaâ (Heriberto Haber, Fiestas y Tradiciones JudÃas, Editorial Aurora, Tel Avid, 1987).
     Cuando Yeshua cumplió 12 años, sus padres realizan una de las shalosh regalim o fiestas de peregrinaje, por lo cual suben a Jerusalén (se trataba de la fiesta de Pesaj). En aquella época la gente de las ciudades y los pueblos subÃa a la capital en grupo a celebrar las fiestas e igual lo hacÃan al retornar. Narra Juan en su evangelio que durante el regreso Yosef y Myriam (José y MarÃa) se dan cuenta un dÃa después de que su hijo Yeshua no se encontraba en el grupo, por lo que se devuelven a Jerusalén y a los tres dÃas lo encuentran nada menos que en el Templo discutiendo temas de la Torá con los doctores de la Ley (Lucas 2:46).
     Su madre le amonesta âHijo, ¿porqué nos has hecho asÃ? He aquÃ, tu padre y yo te hemos buscado con angustiaâ (2:48).
     Sin embargo Yeshua le recuerda y señala dos cosas: su origen divino y su alto llamado: â¿Por qué me buscáis? ¿No sabÃais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?. Mas ellos no entendieron las palabras que les hablóâ¦â (2:49-50).
     No hay datos históricos confiables para conocer con exactitud cuando sucede el cambio de los 12 a los 13 años para celebrar el Bar Mitzvá. Los padres de Yeshua eran judÃos pobres y no contaban con los recursos para una ceremonia de este tipo. No obstante, el jóven descendiente de David (no olvidemos que Yeshua es descendiente directo del amado rey âMat 1:1-) descubre ante judÃos y gentiles su hambre espiritual, asà como su notable progreso en su educación religosa. Es evidente que Yeshua no iba a la sinagoga a pasar un rato o a cumplir con lo que sus padres le imponÃan. Careciendo de los recursos para comprar una Torá o cualquier rollo de los profetas, queda de manifiesto que Yeshua ponÃa atención total a la enseñanza y exposición de las Escrituras, lo cual le permite âsiendo un niño de 12 años- discutir estos asuntos con los hombres más versados de su época; ââ¦Y le buscaban entre los parientes y los conocidos; pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. Y aconteció que tres dÃas después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándole. Y todos los que le oÃan se maravillaban de su inteligencia y sus respuestasâ (2:44b-47).
     En el caso de David Guzik, sus padres Moisés y Yolanda lo trajeron ante el Señor a los cuarenta dÃas de nacido.
     Desde que nació y durante 13 años le han traÃdo a la sinagoga para aprender la Biblia y ser instruido en los caminos de D-os.
     El sábado 27 de agosto del presente año 2011, le trajeron a la bimá que improvisadamente tuvimos en un conocido lugar de la ciudad de Guadalajara, para que yo le guiara en su ceremonia de Bar Mitzvá. Como rabino es una alegrÃa muy grande ver como estos pequeñitos que vi formarse en el seno de su madre, que viernes tras viernes asisten a la clase bÃblica de niños: de pronto les tengo en la bimá leyendo la Torá, explicando su parashá asà como la haftará que les corresponden.
     Me gocé al escucharlo y verlo leer sus textos en hebreo. Me queda claro que la maestra Nurite Fridman hizo un excelente trabajo. Luego David tuvo unas palabras para su padre y su madre, familiares y amigos en general, y como sucede en estas ocasiones, al final sus padres invitaron a todos los presentes a un desayuno en un hermoso jardÃn que hay en ese sitio.
     Durante la preparación para este inolvidable dÃa, por meses estuve hablando con David. Todas las veces le hacÃa saber la importancia de este dÃa para su vida, del paso que habrÃa de dar y hoy que ya ha sucedido, ruego a D-os para que guÃe su vida, que le libre de las trampas del enemigo de las almas, que le auxilie con su EspÃritu y le condeda de su gracia para que pueda distinguir y hacer su voluntad. Son tiempos difÃciles, todos lo sabemos, pero el D-os que sacó a Israel de la esclavitud de Egipto, el que abrió las aguas del Mar Rojo para que su pueblo pasara en seco, tendrá sin duda el cuidado de llevar a David (y a todos nuestros jovenes) por el camino recto y angosto que conduce a la vida eterna.
     ¡Querido David!, nunca olvides este dÃa y el compromiso que hiciste de seguir al Señor. Tu familia y todos los que te rodeamos te queremos mucho, tu lo sabes. Asà que rogamos a D-os para que su amor y gracia te sostengan siempre ¡Mazel Tov!.
La revista CHALUTZIM es el órgano informativo de la «Alianza de Judíos Mesiánicos de México». Se publica trimestralmente desde el año 1992 y se envía de manera gratuita.
Director: Mtro. Manuel Hernández Gómez
Sub-directora: Myriam Levy-Chernoff