Rebbetzin Celia C. de Hernández
Los creyentes estamos bendecidos, judÃos y cristianos contamos con el consejo inmutable de Dios y el poder insobornable de su justicia (tan vapuleada y desprestigiada en el mundo posmoderno).
El Señor como dice su Palabra, tiene el control del universo y es capaz a la vez de atender el gemido de quienes injustamente son atacados, perseguidos o vulnerados en su espÃritu, cuerpo, familia o posesiones. Hay entre el pueblo de Dios los que por dÃas, meses e incluso años, le buscamos de rodillas en espera de su respuesta de paz y justicia, la cual siempre llega en el momento preciso (no necesariamente en el que nosotros queremos).
¿Cómo seguir entonces en inseguridad si somos objeto de tan grande amor, de semejante e irresistible poder, según nos revela su Palabra?.
LOS APÃSTOLES RECIBIERON SU SHALOM
Los apóstoles estaban escondidos por temor a los dirigentes polÃticos y religiosos de su época. Para algunos como Tomás la duda les acechaba, como a todos la falta de su maestro les producÃa congoja de alma. Semejante ausencia les mantenÃa ocultos y sumergidos en sus tristezas, en el fondo quizá consideraban que todo estaba perdido. Mas de pronto aparece Yeshua con aquel poderoso saludo «¡Shalom aleijem!» (Paz a vosotros âJuan 20:19). Esperando sin esperarlo, su glorioso rabino de repente traspasa puertas y muros derribando en un instante dudas, congojas, temores y barreras propias de la materia.
Los apóstoles se regocijaron, recobraron la esperanza. También a ti y a mà nos sucede igual, mis queridas amigas y hermanos. En medio de las tormentas y pruebas de la vida, cuando el cielo se ennegrece y creemos que estamos solos y el cielo ha cerrado su puerta a nuestros llantos y clamores: el EspÃritu de Dios viene en nuestro auxilio y a través de su Palabra nos trae el consuelo y las fuerzas para continuar. Asà ha sido siempre. En la soledad de la noche, en la impotencia de la persona sin empleo, de los padres con hijos en problemas o en la cama del hospital, de pronto viene Yeshua con su hermoso saludo «¡Shalom aleijem!».
PAZ EN MEDIO DEL DOLOR
En el libro del profeta JeremÃas se encuentra uno de mis textos favoritos: âHe aquà yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdadâ (33:6). Dios en su perfecto amor trae sanidad para nuestras almas, para los corazones quebrantados, para los que hemos sido lastimados injustamente. Es tal su misericordia, que incluso ofrece su medicina a los rebeldes que se arrepienten, asà lo dice en la Escritura: âYo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de vosotrosâ (Oseas 14:4).
Su grandeza y santidad no son obstáculo para que recibamos Su amor y su paz, por eso envió al MesÃas, para que nos pudiésemos reconciliar y acercar a Ãl confiadamente. Esto es lo que anunció a través de IsaÃas: âYo habito en la altura y en la santidad, y con el quebrantado y el humilde de espÃritu, para hacer vivir el espÃritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantadosâ (57:15).
GEMIDOS Y SUFRIMIENTOS POR DOQUIER
Si escuchamos el gemido silencioso de los pueblos que padecen todas estas calamidades, injusticias y sufrimientos, podemos ser capaces entonces de entender su aspiración de paz y justicia, de poner en una balanza nuestra historia nacional, familiar y personal y recordar por medio de la Palabra y de nuestra experiencia como creyentes, cómo Dios actúa y ha actuado cuando los pueblos, las familias y las personas le buscamos. El Señor es el mismo y el gemido de los que claman ante su trono con fe y humildad, conmueve siempre su corazón misericordioso.
Los gobernantes impÃos y aquellos que se disfrazan de âcreyentesâ no consideran nunca la soberanÃa de Dios; oprimen a los pueblos y no son capaces de revisar la maldad de sus acciones. Su soberbia es tal que nunca tienen en cuenta al que tiene la última palabra en el universo. Sus âconsejerosâ no les dicen jamás de los gemidos y sufrimientos de los gobernados, como tampoco les dicen que âDios es amante del derecho y aborrecedor del latrocinioâ (Isa 61:8), que âel cielo y la tierra pasarán, pero su palabra no pasaráâ (Mar 13:31). Asà que no nos cansemos de orar, de esperar la respuesta divina, mucho menos de hacer el bien pues en el momento preciso, Dios intervendrá de manera natural o sobrenatural.
ESTAMOS ANTE UNA GUERRA
No se trata de una guerra convencional, se trata de una guerra distinta, desarrollada en el terreno espiritual. Es una guerra que ataca con inmundicia, adulterio, drogadicción y otros misiles igual de mortÃferos, cuyos resultados una vez que pegan en el blanco producen entre las vÃctimas directas (e indirectas inocentes): incomprensión, desesperación, impotencia y desánimo entre otros efectos nocivos. De hecho los inocentes en todo esto suelen ser los más afectados y en algunos casos incluso parecen aniquilados, pues los impÃos por lo general sonrÃen como si nada pasara.
Para nuestra dicha y recuperación del «shalom aleijem», Dios ha dejado para su pueblo armas espirituales no conocidas por el mundo material. âporque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para derribar fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Diosâ (2ª Cor 10:4).
Asà que no olvidemos jamás, que por muy duras y espesas que sean las tinieblas de este mundo, que la maldad pareciera vencer el bien (lo cual no es posible, el MesÃas YESHUA ya triunfó en la cruz y exhibió la maldad de sus enemigos derrotándoles mediante su amor y sacrificio de sà mismo), su Palabra dicha desde los cielos y escrita ya en la Biblia, traspasa toda barrera de tiempo y distancia para responder y liberar a los suyos. Tenemos por Rey a Adonai Tzevaoth (Dios de los Ejércitos). No nos dejará ni nos desamparará, aunque en ocasiones pudiera parecer que es asÃ.
El abrirá la puerta de nuestro corazón herido y oxidado por el llanto, diciéndonos una vez más: âPaz, paz al que está lejos, y al cercano, dijo Yahwéh y lo sanaréâ (Isa 57:19). El Señor nos da en el momento oportuno el reposo, la paz anhelada, esa paz que sobrepasa todo entendimiento que el mundo no puede entender ni explicar.
EL REY SOBERANO TRAERà EL «SHALOM» ETERNO
La palabra de Dios es una palabra viva de verdad y consuelo, se cumple en tu vida y en la mÃa, como habrá de cumplirse en todo aquel que le ama y le busca, sea judÃo o gentil, pues la gracia Divina rompe toda frontera geográfica y racial para traer salvación y paz al corazón que le invita.
Los gobernantes de las naciones están tan engreÃdos en su poder temporal que la mayorÃa no considera en absoluto que hay un Rey por encima de todos ellos. Un Rey que no necesita de su consejo ni tampoco de las Naciones Unidas. Un Rey que por ahora opera en el mundo espiritual pero que llegado el momento, aparecerá de manera gloriosa y mostrará su poder sobre todos los poderes terrenales ejecutando sus justos juicios contra el pecado y contra todos aquellos que se han dedicado a hacer sufrir a justos e inocentes, que han vivido cometiendo injusticia tras injusticia, trayendo hambre y dolor por medio de la violencia, la permisividad en el tráfico de drogas y armas, en una palabra, que nos han robado la paz.
Me gusta leer libros que ya leyó mi esposo, cosas que él cree importantes las subraya, y en una biografÃa de Jesús escrita por Papini, encontré un pensamiento sobre la incredulidad. Me asombró su afirmación pues igual lo han hecho muchos gobernantes atacando la fe y destruyendo la paz: âLa incredulidad puede ser una forma de asesinato. El mundo está lleno de tales asesinatos, que han empezado por asesinar su propia almaâ. ¿Quién ha asesinado su propia alma, tendrá escrúpulos para asesinar el alma de su pueblo, para robarle la paz y sumirle en la ansiedad permanente?. (Giovanni Papini, Jesús de Nazaret, Ediciones ABC, España 2004, pág. 347).
Con todo esto, el Rey Todopoderoso que ha de venir a poner orden en este mundo caótico e incrédulo, actúa y gobierna ya en tres dimensiones en la vida de los creyentes: en su espÃritu, alma y cuerpo. Desde el momento que decidimos abrirle nuestro corazón al MesÃas, su palabra se cumple: «Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado» (Isa 26:3).
Nos duele pues que haya tanto dolor, que se escuchen tantos gemidos y sufrimientos por doquier, que la incertidumbre domine miles de millones de almas en el mundo. No podemos ser indiferentes ante tanta desgracia. Pero como ya dijimos, nuestro Dios es bueno y misericordioso, el responde a los gemidos y súplicas de los que le buscan de todo corazón, por lo que acudimos a Ãl con toda confianza y certeza para recibir su paz: «¡Shalom aleijem!» (Paz a vosotros âJuan 20:19).
La rebbetzin Celia C. de Hernández, es consejera espiritual de la AJMM
La revista CHALUTZIM es el órgano informativo de la «Alianza de Judíos Mesiánicos de México». Se publica trimestralmente desde el año 1992 y se envía de manera gratuita.
Director: Mtro. Manuel Hernández Gómez
Sub-directora: Myriam Levy-Chernoff