Alianza de Judíos Mesiánicos de México

Desde 1992

Organo Oficial No. 53, Otoño Invierno, 2008-5769

Meditando en la Sinagoga
Un mundo en crisis. ¿Judíos y cristianos estamos alertados?

M.T. Rabino Manuel Hernández G.


         Los cimientos y estructuras de la <<aldea global>> se oyen crujir en forma cada vez más perceptible, sin embargo solo unos cuántos oídos ejercitados por el discernimiento logran escuchar lo que sucede. Mientras una parte de la humanidad se encuentra enajenada por el materialismo o por sus pasiones (o ambas); la otra permanece indiferente a cuanto sucede a su alrededor; percibiendo ambas -de alguna forma- que las cosas no marchan bien. Lo lamentable del caso es que no desean saber nada al respecto. 

      Un caso. La crisis alimentaria mundial no parece importar gran cosa a los que tienen que comer y si bien algunos movidos por D-os o por sus conciencias intentar paliar en algo este flagelo, pocos son en realidad los que saben que esta crisis ha sido creada artificialmente por los países del primer mundo –al menos por ahora-. Contados son aquellos que saben que los líderes del mundo han implementado un plan para provocar una crisis alimentaria real, cuyo propósito es bajar la tasa poblacional, toda vez que existe la teoría de que cuando los pueblos ven mercancía que comer en los mercados, aún cuando no tengan lo suficiente para comprarla se siguen reproduciendo. 

      El crítico y catedrático de Harvard, Noam Chomsky, escribe: “...El sistema actual contiene elementos que parecen ir a la destrucción, aunque no queda claro si el mundo entero va a volver una especie de tercer mundo donde la riqueza esté sumamente concentrada, los recursos se utilicen para proteger a los ricos y el público se encuentre en un punto intermedio entre el malestar y la miseria. No creo que un mundo semejante pueda sobrevivir durante mucho tiempo, pero no puedo probarlo. Nadie conoce la respuesta porque nadie entiende esto lo suficiente” (<<El bien común>>, Siglo XXI editores, México 2006, págs. 69-70) 

      La antiutopía imaginada por el británico Aldoux Huxley en 1932 (“Un mundo feliz”) parece haber inspirado a mentes perversas y calculadoras que además de no tener en cuenta a D-os, ven en el ser humano apenas una criatura no muy distinta a cualquier animal. Sus fríos cálculos rebajan a la nada la dignidad y valor del hombre para convertirle en simple número en sus estadísticas. Impíos que creen poder manejar los destinos del planeta como si ellos lo hubieran creado. Mentes monstruosas que aparentan interés por el prójimo, cuando su interés se reduce al acrecentamiento de sus abultados capitales (y del poder que trae aparejado). Lo peor del caso es que en buena medida han logrado que el poder político se someta a sus caprichos haciendo del mundo una vulgar plutocracia que intenta usurpar el lugar de D-os ¿No es acaso el mismo pecado de los edificadores de la torre de Babel?. 

      Era tanta la soberbia de aquellos hombres que el Señor considera y calcula los daños, por lo que decide intervenir: “...Han comenzado la obra y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua” (Gén 11:6-7). De acuerdo a la profecía bíblica, D-os intervendrá intempestivamente a través del Mesías Yeshua, echando por tierra los planes de estos impíos, poniendo a reinar a su Hijo como Rey de reyes y Señor de señores. 

      ¿No son peores acaso los líderes de la <<aldea global>>?. Rab Shaul nos describe el perfil de los hombres de la generación previa al retorno de Yeshua. Claro, de los hombres sin D-os: “...amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de los bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites” (2ª Tim 3:2-4). 

      Bastará con sentarse unos minutos frente al televisor para darse cuenta de los valores y estilo de vida de la mayoría de los líderes actuales: engreídos, adictos, viciosos, exhibicionistas, pervertidos sexuales, sin valores, ególatras, etcétera. ¿Podría el mundo continuar su rumbo con tranquilidad con este tipo de líderes, pero sobre todo con semejante ejemplo?. Porque no podemos olvidar que el ejemplo es un factor determinante en la vida de las mayorías (carentes de decisión propia). El joven desea ser como el artista de cine o el cantante de rock, así como la muchacha sueña con pisar la pasarela como lo hace su estrella de cine favorita o la modelo de las revistas o la televisión. 

      El problema es que la mayoría de sus “ídolos” son precisamente eso: ídolos, cuyos pies de barro y cuerpo de arcilla cubren con oropel una vida de inmundicia en todos los órdenes. Individuos para los cuales D-os no existe o es apenas un cliché repetido de manera mecánica (pero ausente siempre de sus vidas). 

      El índice de criminalidad ha subido como la espuma y la violencia generalizada ha entrado hasta los mismos hogares. En México ya es frecuente que los hijos agredan e incluso asesinen a sus padres o abuelos (lo cual era impensable décadas atrás). La drogadicción cual mítica medusa asfixia con sus múltiples cabezas las vidas de niños y jóvenes (y de no pocos adultos) degradándoles en todos los órdenes y lanzándoles a la desgracia o la criminalidad. 

      ¿Quién es culpable de toda esta desgracia? ¿Fuenteovejuna? –como en la obra de Lope de vega-  ¿Seremos tan frívolos y poco sabios para no tomar cada uno nuestra culpa y responsabilidad colectivas? Aceptémoslo, como sociedad hemos dejado a D-os fuera de nuestros planes. Considerando sin embargo que D-os siempre tiene un remanente fiel (en el que por su gracia nos incluimos): debemos reconocer que lectura de la Biblia en la familia no existe y sí no se lee la Biblia ¿de donde se beberán los valores eternos, de qué parte se nutrirá el espíritu humano? ¿cómo esperar conductas rectas cuando la ética divina es repudiada y las vidas de los famosos son el ejemplo a seguir?. 

      D-os ha sido sacado de las escuelas, de las universidades, peor todavía, de muchos templos. No son pocas las sinagogas y templos cristianos donde todo se predica menos la Palabra de D-os, donde los púlpitos son palestras para exponer espectáculos musicales, buenos deseos y filosofías contrarias a la Escritura, donde palabras como “arrepentimiento”, “pecado”, “santidad” y otras semejantes han sido erradicadas porque lastiman los oídos de los bolsillos generosos, de los “bienhechores” con máscara de santurronería pero tan alejados de D-os como la tierra del cielo. 

      Se realizan reuniones y foros internacionales que reclaman a gritos por ayuda y tolerancia para los enfermos de sida (del que un gran porcentaje ha sido contagiado a causa de su vida promiscua); mientras que millones de niños perecen anualmente por cáncer, incluso por enfermedades simples y por el hambre. Pero para ellos no hay foros, ni recursos, ni gritos, ni manifestaciones violentas. Y no quiero ser malinterpretado, deseo que se ayude a los enfermos de sida; pero antes, repito (hay prioridades) antes, se ayude a los niños enfermos de cáncer y otros males. Los hospitales públicos deben asegurar primero a estas criaturas y luego a los demás. 

      Desde otro ángulo la <<aldea global>> también ofrece imágenes patéticas de su fracaso. En aras de la globalización los mercados se han desestabilizado y los países tercermundistas y en desarrollo comienzan a hacer agua. Entre otras desgracias, el cierre masivo de pequeños y medianos negocios, los bajos salarios, las devaluaciones monetarias y la creciente emigración se han vuelto su pesadilla cotidiana. En este ambiente adverso y poco esperanzador se prepara silenciosamente el reinado del antimesías, el gobierno del inicuo al cual se entregarán los pueblos dócilmente, era breve y perversa en la que la apostasía será el distintivo: “...Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá (el Mesías) sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición (el antimesías o anticristo), el cual se opone y levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto” (2ª Tes 2:3-4). 

      El Mesías Yeshua en su profecía advirtió a judíos y no judíos acerca de quienes le rechazaron y de los que recibirán al anticristo: “...He venido en el Nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése sí recibiréis” (Yohanán-Juan 5:43). Rab Shaul amplía la lente bíblica para que se entienda mejor y nos apercibamos para no caer en el engaño del impostor: “...Inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida: inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos” (2ª Tes 2:8-10).

 

      Aquellas almas ingenuas alejadas de D-os y de su Palabra, aquellas que consideran que el obrar divino no tiene nada que ver con las cosas que suceden en este mundo, es evidente que quedarán expuestas al engaño. Que el creyente no se meta en la política no significa que la vida política no le afecte, y si le afecta, tiene necesariamente que interesarle, sobre todo cuando sus decisiones se entrelazan con la profecía bíblica. ¿Cómo librará el creyente ingenuo o el ciudadano despistado la marca de <<la bestia>> si desconoce sus consecuencias? ¿Cómo podrá discernir los tiempos que se viven si la televisión es su opio cotidiano que le adormece espíritu y neuronas?.

 

      El Mishlei o libro de los Proverbios nos enseña desde hace tres milenios: “...El simple todo lo cree; mas el avisado mira bien sus pasos” (14:15). Déjese pues toda simpleza, esa credibilidad propia del Cándido de Voltaire que nada tiene que ver con la fe bíblica. La fe bíblica es sencilla pero no simple, es eterna pero inalcanzable para los incrédulos, gratuita por ser don divino pero tan costosa que la sangre del Unigénito fue el precio. Estemos alertados y no dejemos que este mundo en crisis nos arrastre en su debacle. ¡Que el Señor os bendiga, amados hermanos en Yeshua!. SHALOM.

 

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El rabino Manuel Hernández Gómez es consejero espiritual de la AJMM. Es Abogado (Universidad de Guadalajara) y tiene Licenciatura y Maestría en Teología por la Universidad FLET de Miami. 

E-mail: mahergo50@hotmail.com 

 



La revista CHALUTZIM es el órgano informativo de la «Alianza de Judíos Mesiánicos de México». Se publica trimestralmente desde el año 1992 y se envía de manera gratuita.
 
Director: Mtro. Manuel Hernández Gómez
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